Tuto Quiroga: El Virus Colonial
La lógica de la sociedad basada en la acumulación del capital, se demuestra con la actitud individualista; eso nos ha pasado en estos días cuando comerciantes y dueños de farmacia, pensando solamente en sus intereses, han subido los precios de elementos básicos para prevenir las infecciones.
En pocos meses, el odio inyectado a nuestro cerebro, nos ha hecho perder el sentido humano de la convivencia, como en los primeros días del verdadero cristianismo, muchos bolivianos y bolivianas han sido perseguidos y maltratados, solamente por ser de origen aymara o quechua.
El racismo como expresión del miedo a lo desconocido, es parte principal de nuestra historia, las masacres campesinas, son las evidencias concretas de un Estado edificado sobre el racismo. Negar este hecho es negar nuestra historia.
El momento que nos ha tocado vivir, es un momento de grandes desafíos, uno de ellos mantener un Estado Plurinacional, basado en la complementariedad, la reciprocidad y la redistribución, estos valores son ajenos para quienes tienen el odio como motor de su existencia.
Muchos sectores de la población urbana, fueron contagiados de este mal llamado racismo y que es un mal muy contagioso, como se pudo comprobar en el mes de noviembre del pasado año.
El miedo es un ingrediente, para justificar el racismo, porque echamos la culpa al otro, al diferente; sobre este aspecto vemos hoy, a muchos candidatos, en especial a Tuto Quiroga, fustigando diariamente a Evo Morales, que para este candidato es responsable hasta del Coronavirus.
Tuto Quiroga olvida que llegó a la política del brazo de uno de los dictadores más sanguinarios de nuestra historia, olvida que el pueblo, especialmente cochabambino, derrotó en las calles, su política económica y al propio sistema político boliviano. Este debe ser el motivo central de su odio racista hacia los pueblos originarios y sus líderes.
Tuto Quiroga no debería merecer ningún comentario, debido a su fracaso político y la poca preferencia electoral que tiene; pero vale la pena resaltar a este tipo de personas, que son la demostración de una especie de pus colonial, en el cuerpo de Bolivia. A este tipo de personas no les basta con el daño que hicieron en el pasado, sino que su propia existencia depende de su práctica racista y señorial, que mantendrán hasta el final de sus días. Pinochet hizo lo mismo.
Tuto Quiroga es el mejor representante de la mentalidad colonial, que destila odio, que vocifera contra todos sus eventuales aliados, que no lo quieren, ADN, se disolvió por su incapacidad política, la Democracia Cristiana ya no lo quiere, sus ex aliados miristas lo detestan, el gobierno de facto lo ninguneo, y la única forma de llamar la atención es su campaña contra Evo Morales.
La cantidad de odio que destila el señor Quiroga, nos obliga a tener misericordia de sus actos, de su atormentada vida, de su frustración política, porque si algo quedará en la historia de este personaje será el haber recibido un sopapo de la esposa del dictador.
Hoy, Tuto ya es un cadáver político, sin ningún chance para las elecciones, sepultado por ser el promotor junto a Luis Fernando Camacho, del golpe de estado, es el mismo pueblo que los condenó a que salgan del escenario político por arremeter salvajemente a un pueblo desarmado en Sacaba y en Senkata.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino