¡INUTILES!
He tratado de buscar la palabra precisa que califique el actual gobierno de facto. Mi aversión hacia la fácil etiquetación me ha hecho difícil esta tarea, pero luego el lenguaje cotidiano me ha facilitado la elección.
No puede ser que los bolivianos y bolivianas, que supuestamente no tenemos “alma de esclavos” estemos soportando, con bastante disciplina, una cuarentena, mientras el gobierno comete los atropellos más perversos a los derechos humanos.
¿Cómo es posible que no exista un mínimo de responsabilidad al momento de enfrentar una crisis de salud pública? ¿Cómo es posible que no se utilice un hospital, tal vez el más grande del sur del país, y ubicado en una zona poco poblada de la ciudad de Potosí?. Seguramente, este hospital requiere de equipamiento, pero ¿no fueron para este fin los recursos de donaciones y préstamos? El gobierno está sacrificando a la población boliviana, con el único objetivo de demostrar que el culpable fue el anterior gobierno y que por eso estamos como estamos.
Su estrechez del significado de la política como el depositario del bien común, le ha llevado a negar la existencia de hospitales y centros de salud existentes, para que funcionen como centros de atención exclusiva a los sospechosos y a los portadores del virus. No puede aceptar que sí hubo inversión en hospitales, sostener una mentira a costa de la vida de seres humanos nos demuestra la talla de los gobernantes.
La expulsión de miembros del gobierno del Hospital Santa Bárbara de Sucre, es la demostración más elocuente de la improvisación y la impostura de este gobierno. ¿Cuál será la reacción del gobierno de facto? ¿Volverán las amenazas, del Ministro de Gobierno, ordenando el encarcelamiento por sedición de los trabajadores del Hospital? ¿Serán detenidos, por esta misma justificación, los miembros de las sociedades científicas del país?
La detención de un diputado, que se trasladaba a cumplir con su trabajo, es una violación a la CPE, el uso discrecional de las propiedades estatales, mientras miles de campesinos recorren kilómetros buscando recursos para mantenerse en pie, es una bofetada en el rostro de quienes, seguramente de buena fe, fueron cómplices, para instaurar este gobierno de facto.
Estamos llegando a un momento de claras definiciones, y todo pasa por el respeto a la democracia, es decir, por un gobierno legítimo que salga de las urnas ya no existen justificativos, porque este gobierno, no está moviendo un grano de arena para superar la crisis de salud.
Su principal preocupación se encuentra en disponer de los recursos nacionales, de nombrar servidores públicos corruptos, como el ex director de ENTEL, o para hacer negociados como el ex Hotel Sheraton o la compra de una póliza de seguro en YPFB.
La única salida posible es la convocatoria a elecciones, lo más antes posible, esta es una prueba para el actual presidente del órgano Electoral Plurinacional, señor Salvador Romero demuestre que es un demócrata y convoque a elecciones, evite un nuevo enfrentamiento entre bolivianos.
En sus manos está que verdaderamente, entre todos y todas, podamos superar este momento de crisis.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino