La pandemia y el cuidado de la vida
La aparición de la enfermedad del coronavirus ha creado en el mundo entero una situación de inestabilidad y zozobra tanto política, económica como epidemiológica, pues la violencia de esta enfermedad no la enfrentamos desde hace muchos siglos atrás.
Ahora en pleno Siglo XXI, después de haber conseguido un gran crecimiento económico, progresos científicos y tecnológicos en el orbe, se ha evidenciado que los países, aún los más ricos, no estaban preparados para enfrentar este mal. Con la pandemia se hacen más visibles los enfoques erróneos de crecimiento al infinito, prefiriendo la acumulación y la ampliación del capital antes que pensar en las personas, en su bienestar y en el cuidado de la vida, pues salta a la vista las grandes desigualdades y la injusta distribución de la riqueza.
Los resultados catastróficos de este virus, nos hacen pensar en la necesidad de cambiar de paradigma. Se debe trabajar por el decrecimiento de sectores considerados clave como son las extractivas del petróleo, gas, minería, o las inversiones en publicidad, en producción de armas y en otros sectores que no benefician a la gente.
En nuestro país, para superar los lastres que deja la pandemia, es urgente pasar a una economía que sea capaz de identificar sectores que pueden y deben crecer de manera sustentable y que requieran inversión privilegiada, por ejemplo, la salud, la educación, la cultura y las energías limpias. Una economía orientada a la redistribución equitativa, focalizada en los más pobres. Pero lo esencial será fortalecer y profundizar el Sistema Único y Universal de Salud. Así también para evitar contagios, continuar con los cuidados y establecer horarios de trabajo reducidos, trabajos compartidos, teletrabajos y especialmente crear un sistema de cuidados de la población y reconocer el aporte de las mujeres.
Para impedir la crisis alimentaria postpandemia se debe mejorar la agricultura, con base en la conservación y la biodiversidad, que sea sustentable y priorice la producción local y vegetariana.
Es necesaria la condonación de deudas, especialmente la de trabajadores, hombres y mujeres y de los dueños de pequeños negocios y cooperativas, así como la deuda de nuestro país incrementada en el último tiempo.
Será preciso ampliar políticas para que nadie se quede sin trabajo y sin ingresos como consecuencia de la pandemia, o tenga que abandonar su vivienda y buscar otra. Asimismo convendrá desarrollar normas de ayuda social.
Es indudable que el cambio, más allá de la crisis sanitaria, debe reducir el consumismo despilfarrador y los viajes lujosos e innecesarios. Asimismo, para evitar las desigualdades se requiere crear un impuesto a los ingresos altos, al lucro y a la riqueza (Piketty).
Pero en este momento en nuestro país, se deben evitar las acciones represivas con pretexto de la pandemia y contar con un gobierno elegido democráticamente por la voluntad del pueblo, que goce de legitimad para enfrentar los problemas del virus y pueda implantar políticas justas postepidemia.
La pandemia del coronavirus ha hecho tambalear los dogmas de los conservadores y han resurgido las ideas o símbolos que solían venir de la izquierda, como la insistencia en un presupuesto equilibrado con redistribución justa y equitativa.
Sin embargo, queda la duda, que después de la pandemia los gobiernos en el mundo puedan tomar dos caminos, un regreso a las propuestas de la izquierda o un recrudecimiento del neoliberalismo.