Los encomenderos del siglo XXI
La cleptocracia tiene muchas formas en su práctica. En lo que hoy es Bolivia se implantó en tiempos coloniales bajo la forma de la mita y la encomienda. Los encomenderos se hicieron de territorios y de sus habitantes, desde entonces existen las ideas que unas personas tienen derechos sobre otras, esa es la mentalidad colonial, que desde noviembre de 2019 se han manifestado abiertamente.
Nunca este pensamiento racista desapareció en Bolivia y el resto de América, sino que logró camuflarse con diversos discursos, el “hermano campesino” del nacionalismo revolucionario o el discurso del “compañero” desde la izquierda.
Los académicos trataron de camuflarlo bajo el discurso “Pluri-multi”, pero ni los intentos más piadosos o intelectualizados frenaron la crudeza del discurso de “salvajes” proveniente de un gobierno de facto, que con la misma mentalidad está imponiendo la política de los nuevos repartimientos y encomiendas, el ejemplo más evidente es la Cancillería, esa encomienda manejada por el clan Longaric.
La empresa colonial tuvo el discurso de la “salvación de las almas de los aborígenes”, por supuesto con la biblia en la mano y la espada en la otra, el discurso de noviembre fue “democracia” apuntalada por las bayonetas y la biblia, hoy el escudo protector es la pandemia que no han sabido combatir, ni está en sus planes.
Como sus antepasados piensan que es mejor que los pueblos originarios, “esos salvajes”, según ellos, desaparezcan, se mueran. No son ni mujeres ni hombres de fe. Los cristianos de verdadera fe deberán reconocer sus errores, como aquel fraile Dominico que después de ser dueño de encomiendas renunció a ellas y abogó por la libertad de los esclavizados y atormentados pueblos originarios.
Bartolomé de las Casas siguió el ejemplo de sus hermanos mayores dominicos que fueron los primeros en preguntar a estos encomenderos; ¿“Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios”? Nosotros podemos parafrasear a estos dominicos y preguntar ¿Con qué derecho han convertido las instituciones en nuevos repartimientos y encomiendas? ¿Piensan gobernar otros 500 años?
El pueblo obediente de la ley, ha soportado el encierro, las privaciones, pero este asalto al Estado, ya está llegando a los límites de la tolerancia y no será la pandemia que logre frenar la protesta y la rebelión contra estos encomenderos.
El Tribunal Supremo Electoral está rehuyendo su responsabilidad histórica de mantener la paz y el Estado de derecho, la moral de su presidente ligada a los intereses de los encomenderos, seguramente le ha generado una angustia, parecida a la de Bartolomé de las Casas.
Nosotros le sugerimos que Bartolomé sea su ejemplo, que renuncie a sus intereses personales y que devuelva la paz, la democracia y la libertad a un pueblo que es paciente, pero tiene la furia acumulada por siglos y que en el futuro ya no dará concesiones.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino