El arte y la cultura en emergencia

El eco de una gran mayoría de artistas, amantes del arte, retumba esta vez en las redes sociales, en los medios alternativos en señal de protesta por otra medida gubernamental, en sentido que la Iglesia Católica sería la única beneficiada con actos religiosos con un tercio de capacidad en los templos.
Un anuncio que obligo que miles de artistas del país exijan un trato igualitario con la apertura de los escenarios. La medida ya ha provocado comentarios sarcásticos y sorna, proclamando los trabajos en el arte como culto. “El arte es mi religión”, escribió, por ejemplo, la directora de cine Denisse Arancibia.

Entre casi un centenar de artistas que se expresó en las redes, la gran mayoría coincide en que ellos, están “abandonados y echados a su suerte”, que no existen propuestas reales, ya son 11 semanas que todo el sector artístico está paralizado y criticaron que sólo las iglesias y templos religiosos puedan abrirse al 30% de su capacidad. ¿Cuándo abrirán nuestros templos artísticos?”; “si abren las iglesias que también abran los teatros”, dijeron.

Fundamentaron su postura observando que: “si voy a una celebración religiosa es principalmente para conectarme con Dios y con mi espiritualidad y escuchar a alguien que predica. Eso lo puedo hacer en mi casa vía online, como se ha venido haciendo”, analiza un actor de teatro Bernardo Arancibia.

Las críticas llovieron por la selectiva posición del gobierno que, si prioriza a la Iglesia debería abrir las puertas a la cultura y el arte, porque son actividades que promocionan valores de identidad, solidaridad y dignidad. Se supone que la iglesia no es un rubro económico, no necesita abrir sus puertas para alimentarse, para vivir, para generar ingresos para su familia, y es algo que puedes hacer desde tu casa.

Mientras tanto el gobierno hace mutis y no dice nada respecto a estas suplicas. El Ministerio de Culturas parece que no existiera, porque varias voces y denuncias señalan que su autoridad (la ministra) no se expresa ante la serie de solicitudes para que se activen de igual manera acciones con el arte y la cultura.

La CPE nos recuerda que somos un país laico pero «se le está dando prioridad a la religión», que puede profesarse desde casa, mientras que los artistas necesitan «empezar a generar ingresos urgentemente».

El anuncio gubernamental fue como la «gota que derrama el vaso» tras varios meses de intentar acuerdos con el Ministerio de Culturas, al que los artistas acusan de tenerles en el abandono y no plantear ninguna política de rescate o ayuda al sector.

La cultura y el arte están muy imbricados a las manifestaciones de la religiosidad popular, porque ésta última expresa vivencia de fe. Si la cultura y la religiosidad popular se manifiestan desde lo ritual, de las experiencias cotidianas y en expresiones de la vida del pueblo, es tan necesaria que éstas sean visibilizadas en escenarios públicos.

La batalla cultural es muy compleja y se manifiesta en todos aspectos de la vida cotidiana y es ahí donde debemos incidir para que las expresiones sean ventanas para su abierta manifestación de la cultura, del arte, de celebración de lo vivencial, que alimenta al pueblo y lo hace crecer.

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

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