NUESTRA PALABRA No 16

– Silvia Lazarte Flores –

Silvia Lazarte nos decía que no conocía la justicia sino la injusticia. Ella tenía la cualidad más linda del revolucionario, la capacidad de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia cometida contra cualquiera, como decía el Che. Mujer, joven y campesina atravesó en su vida la historia de muchos, la discriminación y el odio de los privilegiados, y la negación de sus derechos en un país que también era suyo.

Antes la Constitución Política de la República de Bolivia excluía a las mujeres, a los indígenas, a los jóvenes, a los trabajadores, a las grandes mayorías nacionales, era una constitución de las élites, de clanes familiares, esa oligarquía que gobernó el país desde su fundación, con el apoyo de “profesionales” que vinieron de las mejores universidades del mundo, de Harvard, de Oxford, los llamados Chicago Boys, ellos nos dejaron un país en la miseria, con déficit fiscal, con desempleo masivo, con corrupción y narcotráfico, un país totalmente sometido a los organismos multinacionales. Existían dos Bolivias y el enfrentamiento era inminente; la Bolivia de las élites minoritarias blanco -criollas, aliadas del poder transnacional y la otra Bolivia de grandes mayorías de trabajadores del campo y la ciudad pobres, indígenas y originarios

La Asamblea Constituyente, que dirigió Silvia y por la que su nombre está inscrito en nuestra historia, es el resultado de este proceso largo y acumulativo de luchas del pueblo boliviano: los pueblos indígenas, trabajadores del campo y la ciudad, hombres y mujeres: obreros, mineros, fabriles, gremiales, choferes, profesionales, intelectuales y otros sectores excluidos, entendieron a la asamblea como él espacio democrático soberano que promovió los emprendimientos, los cambios y la transformación estructural del Estado boliviano.

La posibilidad de refundar nuestro país, con la realidad en la mano y la lucha como única forma de vida fue el proceso que encaro Silvia para fundar el Estado Plurinacional de Bolivia desde distintas dimensiones: política, económica, jurídica, cultural y lingüística. Por primera vez se comprendió a la nación y a los pueblos indígena originario campesinos como a toda la colectividad humana que comparte identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial española. Por primera vez en la historia de nuestro país desde el lenguaje de nuestra constitución y a través de diferentes artículos se reivindica el rol de las mujeres.

También se reconoció una amplia serie de derechos de los bolivianos y las bolivianas, por ejemplo: el Derecho al Agua y servicios básicos como derecho Humano, que en tiempos neoliberales fueron privatizados por empresas que solo velaban su interés a costa del pueblo. Así encontramos muchos avances más en nuestra constitución con un enfoque que garantiza derechos humanos y protege ala población boliviana, por eso es un deber de todos protegerla y cumplirla, y no olvidar que su aprobación fue una lucha contra quienes buscaban dividir y enfrentar al país, como sucede hoy con el gobierno de facto de Añez.

Hay mujeres y hombres que sueñan en construir mejores condiciones para todas y todos los bolivianos, sin pobreza, erradicando la discriminación, donde ninguna voz sea silenciada, fue el sueño, la lucha y lo que consagró en su vida Silvia Lazarte. Ella nos dijo: “Yo sólo quería cambiar la Constitución a lo que he vivido”. Y conscientes de los avances de nuestro país y nuestra constitución, solo queremos decirle tarea cumplida compañera. Gracias por la lucha y el ejemplo.

POR UNA BOLIVIA DEMOCRÁTICA

¡PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS!

Cochabamba 01 de julio de 2020