Las proyecciones fallaron
La búsqueda de argumentos para postergar las elecciones en Bolivia tiene ocupados a todos los estrategas del bloque golpista. Algunos tratan de confundir carreteras con “pistas clandestinas”, otros, se esfuerzan por encontrar desvíos de dineros, y otros, más imaginativos dicen que se enseñaba “marxismo, comunismo” en las universidades pedagógicas, todo para evitar que la democracia retorne a Bolivia.
Tuto Quiroga, el artífice de la entrega del gobierno en manos de la cleptocracia, hoy nos dice una verdad: “Fallaron las proyecciones”. Esta verdad tiene su razón de ser y tiene que ver con que al despertar asoma el descontento popular, tiene que ver con los resultados de encuestas, tiene que ver con la pérdida del miedo a los mecanismos represivos y a su ministro, que ha demostrado ser un gran “inventor” de realidades que nadie toma en serio.
Las proyecciones fallaron porque ya lo dijo Nilo Soruco: “no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista”, la prueba tangible ha sido las movilizaciones de maestros, de la Central Obrera Boliviana (COB), de los padres de familia, de los Ayllus del Norte de Potosí, en síntesis del pueblo, que ya no soporta un régimen cleptocrático, mentiroso y represor.
Las proyecciones fallaron porque se escamoteó el triunfo popular del octubre, en una oscura componenda con los viejos núcleos de poder y donde Tuto Quiroga fue el maestro de ceremonia. Los cálculos que hicieron a tiempo de dar el golpe, no tuvo en cuenta que desde 1992 una fuerza, que va más allá de la política, se fue consolidando y tiene un horizonte histórico trazado, que camina sin pausa, aunque en momentos ha tenido que tomar un descanso para enriquecer la conciencia.
La mentalidad del “Time is money”, en la que fue formado Tuto Quiroga, tiene una gran muralla que nunca podrá vencer así sea con la colaboración de sus mentores del país del norte. Su obsesivo racismo, le hace repetir la frase “el MAS no debe volver al gobierno”, frase que demuestra la patología que alteró su capacidad de razonamiento político (si alguna vez la tuvo).
Seguramente no es fácil vivir con una realidad que se oculta y se filtra con los sentimientos de una clase cuyas proyecciones fallaron y que verdaderamente nunca más volverán al gobierno.
Las proyecciones fallaron porque nunca entendieron el país, porque siempre fueron unos huayralevas que miraban a Europa o Estados Unidos para copiar lo que hacían. El socio que hoy es Ministro de Educación lo confirma cuando sostiene que hay que “modernizar” la educación, ya sabemos que es ‘modernizar’ en el cerebro de un neoliberal, es privatizar, es copiar modelos, es crear elites privilegiadas; los felipillos siempre han estado dispuestos a servir a los nuevos amos.
Las proyecciones fallaron porque nunca más el pueblo originario, el pueblo que ha conquistado su dignidad, su identidad, doblará las rodillas, ese 24 de mayo del 2008, no se volverá a repetir nunca más en la historia de Bolivia.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino