Un apocalipsis fallido

El compromiso ciudadano de ejercer la democracia como decisión personal pero con sentido de responsabilidad colectiva, ha sido presionado desde diversos frentes. Primero por el terrorismo de Estado que ha mantenido el discurso que dio origen al golpe de Estado en noviembre del año pasado y que puso neurótica a la población de varias ciudades.

Otro frente de presión vino desde el sur del país, un abogado, candidato fallido del MNR de apellido Lema, se dedicó a presionar a sus seguidores para direccionar su voto con argumentos muy infantiles, que dan cuenta de su fracasada incursión en la política nacional.

La presión invisible que salía de las oficinas de la Embajada norteamericana, no llegó a los ciudadanos y ciudadanas sino a los candidatos que debieron resignar ambiciones presidenciales, y arrodillarse ante las órdenes antidemocráticas que decían defender.

Implantar el pensamiento único fue el objetivo de la Embajada Norteamericana, pero no tuvo éxito, no tomo en cuenta que en Bolivia existen los “machos” personajes que no aceptan consejos ni órdenes cuando se trata de mostrar su machismo como mecanismo de defensa frente a las carencias morales e intelectuales.

La frágil conciencia política de la llamada clase media se vio interpelada por un candidato que puede recuperar la economía frente a un personaje de dudosa fortaleza moral e ideológica. Mesa no es el candidato perfecto de la clase media, es una especie de mal menor porque la otra opción de la clase media es Camacho, un predicador del odio fascista, maquillado con un discurso religioso, que se desmoronó el momento de hojear la biblia y no poder encontrar una cita, “bienaventurados los pobres de espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” nos dice Mateo, y falta añadir: “…y no podrán entrar a la Casa Grande del Pueblo”.

El razonamiento político en palabras de los “analistas”, todos ellos siguiendo el guión que les llegó de una gran Casa Blanca, no podían explicar las encuestas, la voluntad popular y su terquedad en ser leales a sus convicciones. Recurriendo a las mejores argucias trataron de posicionar un aparente “empate” que fue replicado generosamente por los medios de comunicación, cómplices de esta estafa a la inteligencia humana.

Hemos tenido una de las dictaduras más breves de nuestra historia, solamente superadas con las dictaduras militares que duraron unas horas, y otra 16 días; pero ha sido la más depredadora de todo lo racional e inteligente que puede tener el ser humano y su creación política como es el Estado.

Un sistemático desmantelamiento del valor y respeto institucional sostén del Estado ha sido demolido frente a serviciales cámaras que han puesto en escena una tragedia política, que termina con un reconocimiento que la vida les interesa poco: “es un lugar donde solamente hay flora y fauna”, ha sido la declaración lapidaria del Ministro de defensa en descargo de su incapacidad de afrontar los incendios en varias regiones del país. Un Ministro que amenaza, vocifera y que en algún momento se creyó presidenciable termina sus días con una frase ecocida, que es congruente con su actitud genocida; la marca indeleble del régimen que se acaba.

Estamos en los últimos días de un proceso dictatorial, que ha desnudado las peores pasiones humanas como el racismo, la angurria por el dinero y la ostentación de poder, males que para los creyentes se encuentran entre los pecados capitales pero ya lo sabíamos, la biblia fue un pretexto, para dispersar el olor a azufre que los precedía.

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

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