Chile: Algo huele mal…

De la tiranía de las mediocridades, las insurrecciones y Rasputín

“Algo Huele Mal” es una iniciativa por la descontaminación, en singular fecas en el lago Villarrica. También es el famoso coro de la canción De Kiruza “Algo está pasando, algo huele mal, afuera hay 5 tipos que nos quieren vigilar”, el hedor testimonia… Las elecciones de abril arrastran una seria tara: la inscripción de candidatura está viciada.

Al comparar sistemas electorales, nos encontramos con un variopinto de fondo y forma. De fondo: A) Inscripción (convocatoria, normas, registro de candidaturas, apelaciones) B) sufragio (votación en sí, conteo o escrutinio, publicación). En forma, hay sistemas de papel, electrónicos e híbridos; es decir sistemas en que tanto la inscripción como el sufragio ocurren en papel (incluso el voto por carta, como Suiza), otros en que ambos procesos ocurren de manera electrónica, con software o maquinas tipo cajeros automáticos (Venezuela o Alemania). También hay sistemas híbridos, o la inscripción es en papel y el sufragio es electrónico, o viceversa. En Chile, todo siempre ha sido en papel. Pero, so pretexto de la Pandemia, sin ley ni norma clara, la Inscripción se volvió electrónica.

Cuando observamos los criterios de los organismos veedores electorales, equipos de la OEA, la UE o la Fundación Carter, notamos que, al observar sistemas electrónicos de elecciones, siempre hay un punto clave: La empresa de auditoria del software y dispositivos electrónicos de votación y o inscripción. Normalmente la empresa auditora, es internacional, la licitación es clara y pública; la acción auditoria ocurre, antes, durante y después del proceso. Pero de sopetón en Chile, la inscripción de candidatos “la elección antes de la elección” se volvió electrónica, fue algo unilateral, sin transparencia. ¿Quién auditó la plataforma digital de inscripción de candidaturas? No es claro. ¿Alguien auditó? Gravísimo. Nunca antes en la historia de Chile había ocurrido una elección con tantos candidatos, en la práctica son tres elecciones distintas de manera simultánea: Municipales, Gobernadores y Convencionales Constitucionales. Y sin embargo, algún brillante tozudo, negó la posibilidad de inscripción en papel, obligando a la utilización de una plataforma. Por supuesto, el trasfondo complejo de brecha digital no fue visto desde Santiago. La norma no contempla casos invisibilizados, solo revisa aprobados y rechazados, no hay antecedentes… Se avecina desgobernabilidad comunal, deslegitimada de raíz la Convención Constitucional. Los veedores internacionales tendrían que ser muy “comprensivos” para no advertir la inexistencia de un proceso transparente de auditoria del software de inscripción. La explicación de SERVEL que los partidos no declararon las candidaturas de personas con certificado Servel en mano, es ridícula a la luz de la situación transversal. La elección antes de la elección efectuada de esta forma, da para pensar que la inscripción ha sido discrecional, el proceso está viciado, pues aunque el Tricel eventualmente repare en algún momento, la contienda es desigual.

La estabilidad política está sujeta a los procedimientos, la comunidad internacional con sus organismos técnicos puede ser un ariete determinante. Hechos gravísimos como el Golpe de Estado en Bolivia el año 2019 o la enorme polémica por el segundo lugar en virtud del balotaje presidencial del Ecuador, develan como se percuta un desmadre… Solo pensar que en comunas de alta concentración mapuche, se niegue la participación electoral de listas de candidatos o dirigentes emblemáticos mapuche, como estaría sucediendo en Saavedra, Ercilla, Nva Imperial, Gorbea, Chol chol o Tirua, y ponderarlo, se tomará el pulso de los signos fatales: Por uno u otro motivo, el apartheid se vuelve obvio.

¿Se puede “enchular” la cosa? Tendría que darse una alquimia histórica de una oposición coordinando su enorme mayoría de candidatos para que en vez de pelear entre ellos, cubrieran completamente los distritos logrando que votasen los abstencionistas, superando la “línea de flotación” con un setenta por ciento de participación electoral por lo menos, permitiendo que cursara en favor el sistema Hund`t… A su vez, exigiendo en el reglamento la constitución de Consejos de la sociedad Civil según ley 20500 para que las organizaciones desde juntas vecinos, asociaciones y comunidades indígenas, etc., participaran en la evaluación de las sesiones, aparejado todo a canales estables de dialogo con las auto-representaciones de las nacionales indígenas según Convenio 169. Esto quizás podría compensar la tara que en las municipales quedasen tantos activistas sociales fuera. A la par, habría que tomar medidas, quizás atrasar las elecciones tres semanas, en espera de respuesta del TRICEL de la enorme cantidad de apelaciones. Conociendo al gobierno y la agilidad del Congreso, tendremos unas elecciones grotescamente militarizadas; el primer compuesto de la alquimia, la participación electoral, despertar al dormido, será un deber que comprobará la calidad democrática… quienes insistan en “comer de la misma porción” de su compañera o compañero, serán los culpables del fracaso…

La mediocridad de las institucionalidades coagula por la falta de renovación; las castas en el poder llevan al despeñadero; la psicología oligárquica que se tiene tomado al Estado no es excepcional… En el palacio del último Zar, se escuchaban las suplicas de Rasputín, como profeta sus ditirambos delataban a la insurrección, Rasputín veía el futuro en el presente… Aunque cualquiera que sepa algo de historia, sabría que, ante la tiranía de la mediocridad, la insurrección del perfeccionamiento continuo será un hecho…

La rebelión ante la tiranía no es solo un derecho internacional. Frente a la tiranía, la rebelión es un deber trascendentalmente Ético e históricamente Moral.

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