Fantasmas de Ayer y de Hoy
Una vez expuesta públicamente las diferencias de pensamiento y de los amores y desamores entre dirigentes, invitados, arrimados, infiltrados, uta wawas, etc., que tiene el MAS, debemos aceptar que las diferencias son parte de la vida misma, pero de la vida interna de las organizaciones políticas. Son clásicas las discusiones entre Lenin y Trotski, por ejemplo, aunque menos conocidas también entre Fidel y el Che.
A propósito de este último dúo: Che-Fidel, en los primeros momentos de la revolución cubana se mantenían los sectores contrarios a la revolución, que realizaban críticas al proceso cubano; recordemos que recién en abril de 1961 se declara el carácter socialista de la revolución.
En ese ambiente el Che es nombrado Presidente del Banco Nacional, cuestionado por los sectores reaccionarios, al respecto Fidel señalaba: “¿Quiénes fueron los que se preocuparon cuando designamos al Che Presidente del Banco Nacional? Seguramente no fueron los guajiros, los obreros azucareros ni los humildes.
Quienes se preocuparon se pusieron hacer campañitas contra el Che, se pusieron a calumniar, se pusieron a tergiversar el pensamiento del Che, se pusieron a restarle los méritos extraordinarios que tiene, se pusieron a convertir al Che en un fantasma y después que lo convirtieron en un fantasma, resulta que no era un fantasma para el pueblo, era un fantasma para ellos y cuando designamos al Che se llevaron un susto, se asustaron con el mismo fantasma que habían creado. Primero lo hicieron fantasma y después se asustaron…”
Con las diferencias, naturales, entre actores y momentos históricos, podemos decir que durante el gobierno del MAS, se crearon muchos fantasmas, uno de ellos el denominado Indianismo, que supuestamente es el pensamiento de David Choquehuanca. En realidad, si uno revisa los textos de Choquehuanca encontrará poca coincidencia con los ideólogos del indianismo, como Constantino Lima, Luciano Tapia y Felipe Quispe.
Para nadie es desconocido, la batalla interna entre la izquierda del MAS (léase marxista) y los que mantienen la ideología del Vivir Bien o Suma Qamaña y, como nunca, se han realizado debates al respecto.
La pugna se mantiene, en otras palabras, no se ha dirimido la pugna entre “Jacobinos y Girondinos, entre Mencheviques y Bolcheviques”. Tal vez el eje de este debate, inconcluso, es la afirmación de Choquehuanca que señala; “Nuestra lucha va más allá de la simple división entre capitalismo y socialismo.
Mientras que para el capitalismo lo más importante es el capital, la plusvalía y el dinero, para el socialismo lo más importante es el ser humano y garantizar las necesidades cada vez más creciente de las sociedades. El Vivir Bien, lucha contra el capitalismo y va más allá del socialismo, ya que para el Vivir Bien lo más importante es construir una cultura de la vida”.
Si bien los fantasmas no son reales, tienen el efecto para el que fueron creados, introducir el miedo en los cerebros humanos y esa es una larga batalla personal y colectiva, despejar los fantasmas teniendo una cabal comprensión de la realidad, comprender que las ideas políticas no son estáticas, que tienen ciclos y reflejan el pulso de los tiempos.
El proceso pre-constituyente fue muy rico en la dinámica del pensamiento político en Bolivia y fue el punto de llegada de una acumulación de ideas, pensamientos y propuestas, nacidas en el seno de las organizaciones de pueblos originarios, que luego quedó plasmado en la redacción de la Constitución Política.
Es necesario recuperar ese dinamismo que fue adormecido por el “dulce encanto del poder”, que nos hizo perder de vista que seguimos en una confrontación permanente con el viejo pensamiento colonial, que aprovechando el sopor del poder, tuvo la capacidad de organizar abiertamente un golpe de Estado, continuando los intentos del año 2008.
A la luz de la crisis mundial, de la resurrección de ideas y prácticas fascistas, de las exigencias de sociedades complejas como la boliviana, el debate de ideas y propuestas es importante y necesaria, debemos dejar las creencias dogmáticas, espantar a los fantasmas y disipar la niebla artificial creada para frenar el avance de una sociedad intercultural y un Estado verazmente Plurinacional.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino