Ministerios: Sin Color, Olor o Sabor
La reciente contratación de un ex candidato a diputado por la oposición a la estructura gubernamental, ahora en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, está perfilando una gestión ambigua en el actual esquema de gobierno.
No es la primera vez que se denuncia que opositores y golpistas se encuentran en la gestión de gobierno, listas completas han circulado y circulan en las redes sociales. Ninguna autoridad a salido a responder por estas denuncias, acompañadas en muchos casos, por pruebas tangibles.
Una de las características principales de un o una revolucionaria es la coherencia entre el pensamiento y la acción, nos lo había enfatizado el Che.
Bolivianos y bolivianas, que fueron actores de primera línea en la recuperación de la democracia, tienen la profunda convicción que también se recuperó el proceso de cambio como un camino para consolidar el Estado Plurinacional.
Frente a la ofensiva del bloque colonial de poder (que logró su objetivo de apartar del gobierno a Evo Morales) el gobierno actual no ha dado una sola respuesta en el terreno político-ideológico, por el contrario, a sumado derrotas en las confrontaciones que ha presentado este bloque de poder colonial.
Nombrar a un político opositor en el cargo de Viceministro, es un insulto a la memoria de las víctimas por la democracia, asesinadas en Senkata, Huayllani y el pedregal, es un insulto a los miles de detenidos injustamente por el régimen del terror.
No existe hasta la fecha, un trascendido del argumento central del Presidente Luis Arce, para no cambiar Ministros y Viceministros, solicitud reiterada por el Pacto de Unidad, pero que quedó solamente en pedido.
Desde nuestro punto de vista no existe argumento valedero para mantener a Ministros cuestionados, que ponen en entre dicho la confianza del pueblo en su gobierno, como es el caso del Ministro de Transportes y Comunicaciones, cuya actuación reciente es un desafió y afrenta al mismo tiempo a toda la militancia del MAS y al pueblo llano que reconquistó la democracia.
Esta situación ha hecho que el expresidente Evo Morales reciba las muestras de apoyo y sea calificado como “el único líder” del Instrumento, consiguiendo como respuesta a bisoños personajes que pretenden anular un proceso forjado por el pueblo, con argumentos de una pobreza político ideológica que rayan en el ridículo.
Esta ambigüedad del gobierno, que no expresa con claridad el actual proceso de transición, entre un golpe y la recuperación del proceso de cambio, ha sido rápidamente instrumentada por el bloque colonial y sus medios de comunicación como una situación de “ruptura” de “división” y claro que existen intereses en el gobierno y fuera de él para mantener esta narrativa, acicateada y sostenida estratégicamente por los medios de comunicación coloniales.
Evo Morales, con toda la experiencia acumulada, no solamente en la lucha diaria del sindicalismo, sino en su condición de gobernante, conoce esta situación, sabe que existe un objetivo de anularlo políticamente y que no es tarea simplemente de “traidores” sino de los dispositivos coloniales, incrustados en el propio gobierno.
Por eso el maltrato burocrático a los propios militantes del Instrumento, de mantener una gestión incolora y sin sabor en lo ideológico, contribuyendo a la tarea comenzada por el neoliberalismo para despolitizar y desideologizar al pueblo y que tome una actitud contraria al Instrumento Político y al Estado Plurinacional.
En Bolivia las “sunch’u luminarias” (luces fugaces) duran lo que sus neuronas lo permiten, por eso las fuerzas populares, dueñas de este proceso no deben caer en el juego que ha instalado el bloque colonial, no se puede alimentar un error táctico, encabezadas por anodinos militantes, sin consistencia ideológico-política; que destruiría el objetivo estratégico que es la construcción del Estado Plurinacional.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino