Miseria del progresismo
“Progresismo” así se denomina hoy, en política, a la actitud de convivencia con el capitalismo, como sistema económico y con el racismo que conlleva el capitalismo ligado al proceso colonial.
Francisca Sandoval, una comunicadora popular de los históricos barrios populares chilenos, edificados con las manos de obreros empobrecidos, ha sido asesinada por grupos que nos recuerdan las épocas del “Plan Cóndor” que fue implementada por los mismos mecanismos que deberían proteger la vida, el nuevo gobierno no puede con la vieja práctica represiva.
El Pueblo Mapuche, ha soportado todos los embates de los gobiernos, democráticos y dictatoriales, de izquierda y de derecha, incapaces de entender que estas tierras de Abya Yala tienen dueños ancestrales; que la tierra no es una mercancía en la cosmovisión de los pueblos originarios, que los pueblos y naciones originarias tienen su propio proyecto histórico; la mentalidad colonial continúa hablando de “descubrimiento” de “pueblos incivilizados”; entonces es legítima la reivindicación de pueblos y naciones.
La pregunta es si los “civilizados” seguirán ahogando en sangre a pueblos en lucha desde hace más de 500 años.
El “progresismo” en su miseria como nuevo ropaje del colonialismo de siempre, recurre a los mismos métodos de “estado de emergencia” para reprimir las legítimas rebeliones que recorren por la cordillera andina, sus altiplanos, valles y costas con la memoria de los Amarus, Kataris, Lautaros, Caupolicanes, Calfucuras, Daiquilemas y el flamear de Wiphalas y Wenüfoyes.
La democracia liberal impuesta desde los días de la formación de los Estados nacionales ha seguido la misma ruta, con las mismas liturgias, con la misma burocracia, en Bolivia se ha planteado poner en vigencia la democracia comunitaria, es decir el gobierno del ayllu de la comunidad, si bien está inscripta en la Constitución del Estado Plurinacional aún falta mucho para su plena vigencia, porque este concepto de democracia incluye todos los poderes, que en la democracia liberal se han separado, siguiendo las consignas de los pensadores europeos.
“Es la hora de los hornos” decía el Che y ciertamente los pueblos originarios desde Canadá hasta Tierra del Fuego, son hoy actores de una nueva época en la trágica historia de Abya Yala.
“Progresismo” entonces, para el pueblo chileno y en general para todos los pueblos es más de lo mismo, es decir continuar con el colonialismo; con los métodos de la dictadura o de la democracia, el “progresismo” es como diría el juglar revolucionario Víctor Jara: “usted no es ná, ni chicha ni limoná”.
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