Los dioses también lloran
Varios escritores y algunos que ofician de analistas en los medios trazaron opiniones diferentes en libros para testimoniar la angustia de la soledad cuando se gobierna, la angustia cuando todos lo abandonan, la soledad en un gobierno puede llevar a una tragedia, un gobernante sin un pueblo que lo apoya tiene serios problemas.
Un poeta escribió hace un par de años: “Los Dioses también lloran…” una referencia a la actitud que asume la humanidad cuando no tiene remedio alguno para cambiar la manera de ser que actualmente ejerce la sociedad moderna respecto de sus gobernantes…
También existen con mayor fuerza los que escriben, opinan y se esmeran para debilitar a un gobierno, cuando se ponen desde adjetivos hasta adulaciones hipócritas con tono sarcástico e irónico burlándose de las acciones que muestran a sus gobernados.
Es ahí donde surgen distintos matices, percepciones muy frágiles, aquellos que defienden “lo sagrado” de lo que creían haber construido y por ello, se rotulan y se definen como ‘revolucionarios impolutos’, raros ejemplares que solamente logran cambios cuando se refieren a la revolución en marcha.
Y también están aquellos que tienen una cruzada personal contra todo lo que sea indígena. Son pues los que algunos los denominan “izquierdistas de salón, izquierda caviar” también les dicen, que fueron los que cimentaron su piedra angular, que los cambios profundos es obra de ellos y de nadie más.
El fenómeno político que estamos visibilizando en Bolivia es donde se revelan que al interior de una agrupación política, pueden darse crisis mucho más profundas que lo que nos señalaba los analistas acerca de la crisis de representación que tienen los partidos de oposición desde hace mucho tiempo.
Entonces, se confirma que la pigmentocracia sigue vigente en algunas cabezas con pasado dizque ‘proletario’, ‘fierrero’ y con un presente conservador, neoliberal. Es bueno saber que no solamente se asumen grandes cargos, representaciones, sino que se heredan las ideas de los que ya pasaron.
La práctica es siempre depositaria de la verdad, no por la forma solamente (no vivir en palacios, trasladarse en autos blindados, aviones y helicópteros, etc.) sino por los actos transformadores de la realidad y sobretodo cabalgar con las aspiraciones reales del pueblo y ser leales hasta el final.
Hoy, más que partidos tenemos dos grandes formas de pensar que están siendo planteadas por algunos líderes políticos, ¿Será que alguno de estos tiene claridad en el pensamiento de la revolución o sigue, desde sus acciones y su práctica cotidiana, el pensamiento conservador-neoliberal que aparece en esas expresiones contradictorias que estamos viendo?
El pensamiento dogmático no permite reconocer estos problemas que se presentan a cada momento y que las respuestas pueden ser equivocadas, esto obliga muchas veces a retroceder, desandar y volver a caminar, con mucho más cuidado que antes, la prudencia no es la virtud de los primeros años de las revoluciones, ya nos contó estas cosas el Che.
En este escenario es que se calibran las opiniones y los procederes, como vemos, no pueden existir las medias tintas o los tonos amarillentos de la pasividad. El propio Che ya nos decía que para ser revolucionario hay que hacer la revolución, poner en práctica las ideas, seguramente en el camino se cometan errores, cosa común cuando se transita por senderos abiertos a pulmón.
El despliegue de los trolls que utilizan la mentira, la desinformación y el insulto, para doblegar el espíritu leal y comprometido, nuevamente tendrá el muro infranqueable de los que creen verdaderamente en el pueblo que no está dispuesto a hipotecar su futuro, aunque algunos iluminados piensen que la historia sigue siendo lineal y que las leyes son inmutables.
Se dice que las utopías son para avanzar y que falta mucho, por supuesto, el Vivir Bien es esa utopía que nos obliga a caminar, no puede existir una práctica total del Vivir Bien si tenemos aún las conductas a contrapié que todavía sueñan con la restauración del Estado como delirio de los dioses que quieren otra vez el trono.
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe