Unidad del pueblo para salvar y profundizar el Proceso de Cambio

El proceso de cambio es fruto de la lucha de las organizaciones indígenas, obreras y populares del pueblo boliviano. Sin embargo, estos últimos días, se presentan declaraciones y denuncias que están causando confusión y confrontación riesgosa que pone en peligro la continuidad del gobierno y del proceso de cambio por una implosión interna que indirectamente alimenta la rearticulación golpista, incluso un proceso de insubordinación al interior de las FF.AA.

Por ello, como militantes del proceso de cambio, como combatientes contra las dictaduras y el neoliberalismo, estamos convencidos que, en las actuales condiciones, alentar la división al interior del MAS y de las fuerzas indígenas – populares significaría un retroceso histórico que puede frustrar el proceso de cambio. Por los cual expresamos al pueblo de Bolivia, lo siguiente:

  1. BOLIVIA EN LA MIRA DEL IMPERIALISMO.

Los revolucionarios bolivianos debemos comprender las características del momento histórico que vivimos. Por ello, no se puede pasar por alto que el imperialismo norteamericano en su pérdida de hegemonía, en este período de transición del orden mundial hacia la multipolaridad, haya declarado, a través del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE.UU., que no permitirán que caigan bajo la influencia de otras potencias las riquezas del litio y las tierras raras. Advirtiéndonos, inclusive, con una intervención militar directa, o, como ocurrió el año 2019, promoviendo golpes de Estado contra el gobierno democrático de nuestro país.

Que, la historia propia y de los países latinoamericanos, ha mostrado que el enemigo fundamental de nuestro pueblo es el imperialismo.Al interior de nuestro país tiene como socios y vasallos, al mismo tiempo, a la oligarquía minera, agroindustrial y financiera; a los partidos y líderes políticos de derecha; a militares y policías vendidos (que, en el 2019, no dudaron en disparar contra su pueblo); al monopolio de los medios de comunicación privados, que son potentes armas de desinformación y difusión de noticias falsas; a las jerarquías de las iglesias católica y evangelistas, que se suman al banquete de los ricos para defender sus privilegios.

Que, con la combatividad y unidad del pueblo, logramos vencer a un enemigo tan poderoso, precisamente en homenaje a su sacrificio y a su generosidad, debemos conservar las conquistas logradas con el proceso de cambio. El momento nos exige mostrar modestia, desinterés, solidaridad, poner en práctica los valores de nuestros ancestros y amor por nuestra patria para impedir el retorno de las fuerzas retrogradas al control del Estado.

El imperialismo, entre las estrategias que utiliza para lograr sus objetivos, es alentar la confrontación y la división interna, en los meses previos al golpe de Estado de noviembre de 1964 se encargó de alimentar la división al interior del MNR. Hoy, en sus planes contra el pueblo de Bolivia está generando información falsa o tergiversada, que, al no tratarse adecuadamente, induce a asumir posiciones involuntarias que facilitan la tarea del enemigo, al causar confrontación contra el gobierno y descalificar a compañeros reconocidos por su posición antiimperialista.

  1. LA LUCHA DEBE SER CONTRA EL ENEMIGO COMÚN.

El enemigo interno fundamental está desplegando fuerzas para el retorno a la Republica oligárquica y colonial, para la restitución del modelo económico neoliberal, apelando al fascismo, al racismo, a la violencia, como lo ha demostrado en los paros cívicos, en Santa Cruz, en los actos vandálicos de ADEPCOCA o como otras movilizaciones que se preparan para el futuro con el despliegue de grupos paramilitares y de choque entrenados para sembrar terror y violencia en Bolivia.

He aquí el enemigo del pueblo, cuyas intenciones inmediatas son: acortar el mandato del gobierno popular y democrático de Luis Arce y David Choquehuanca y cerrar definitivamente la existencia del proceso de cambio fundado en el 2006. Un proceso electoral con el MAS dividido, representaría la sepultura de las conquistas logradas.

  1. EL PUEBLO ES DUEÑO DEL PROCESO DE CAMBIO, NADIE TIENE DERECHO A DESTRUIRLO.

El proceso de cambio es resultado de un largo proceso de acumulación histórica, es el legado de las luchas anticoloniales de los pueblos originarios, de las luchas del proletariado y de organizaciones populares por la defensa de los recursos naturales y contra la injerencia imperialista en Bolivia. Es el resultado de las luchas del pueblo boliviano contra las crueles dictaduras militares y fascistas para lograr el derecho a la democracia y que ha costado la vida de centenares y miles de nuestros compatriotas; de la resistencia contra el neoliberalismo, desplegado en un amplio movimiento político y social liderado por el bloque indígena, obrero, popular que creó las condiciones para la constitución del actual proceso de transformaciones.La constitución y fortalecimiento del propio Instrumento Político de la Soberanía de los Pueblos es el resultado de esta movilización popular y la expresión unitaria del conjunto de las organizaciones del pueblo.

La historia enseña que equivocarse al identificar al enemigo principal ha traído trágicas consecuencias para el pueblo boliviano. Ni el general Juan José Torrez, ni el gobierno de la UDP eran los enemigos principales del pueblo a pesar de sus propios errores e inconsecuencias, las posiciones críticas de la izquierda y la propia COB en esas coyunturas no evitaron alimentar las conspiraciones de la derecha reaccionaria y golpista, como consecuencia vinieron largos años de dictadura, en el primer caso, y una larga noche de más de 20 años de neoliberalismo.

  1. LA UNIDAD DEBE SER EN TORNO DEL PROYECTO HISTÓRICO QUE PROVIENE DE LA FUSIÓN DE LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, DE LOS OBREROS Y SECTORES POPULARES.

La tarea fundamental, en esta situación concreta, es la defensa del gobierno y el proceso de cambio, supone reafirmar la Revolución Democrática y Cultural como momento de transición al socialismo comunitario y al vivir bien.

Sin embargo, existen posiciones ideológicas nacionalistas que no comparten el camino de la profundización del proceso de cambio con una visión estratégica. No pretenden trascender del post neoliberalismo, por tanto, hacia la profundización del proceso de cambio reclamado por las organizaciones sociales y sindicales que busca transformaciones de carácter anticapitalista.

Pensamos que la unidad no puede seguir siendo un taparrabos que esconda los diferentes proyectos políticos y económicos al interior del MAS. Estamos convencidos en una unidad que tenga sus cimientos en el debate ideológico y los objetivos estratégicos, como el socialismo comunitario. Otro tipo de unidad será artificial. El acoso al llamado “libre pensamiento” ejercido en el pasado por corrientes que deben esclarecer su posición antes, durante y después del golpe de 2019, hoy actualizadas en infundadas y temerarias acusaciones a compañeros, como Hugo Moldiz, al extremo de asociarlos antojadizamente con servicios de espionaje del imperialismo o en atentados a la integridad física de un ex mandatario, no puede quedar sin reacción y en silencio, como el silencio cómplice en nombre de la unidad, es algo que debe autocriticarse la militancia de izquierda del MAS, el propio el instrumento político y el proceso de cambio.

Ello significa, que debemos consolidar profundizando los grandes e históricos logros que caracterizan este periodo. La consolidación de la democracia directa, popular, comunitaria e intercultural, que ha empoderado e institucionalizado la participación de los excluidos con todos los derechos para acceder al poder, para ejercer y concretar sus derechos fundamentales en lo económico y social; en el reconocimiento de los derechos de los Pueblos y Naciones Indígenas al constituirse el Estado Plurinacional y Comunitario; en la recuperación de los recursos naturales y la constitución de un modelo económico que redistribuya las riquezas del país.

Al mismo tiempo, se debe reconocer que existen tareas pendientes para transformar instituciones fundamentales como el poder judicial, las FFAA, la policía, entre otras en dirección a un horizonte postcapítalista o socialista comunitario.

Precisamente, en octubre del 2020 logramos recuperar el gobierno en base a las movilizaciones indígenas populares de julio y agosto de ese año, ratificando que los tiempos electorales han sido siempre precedidos por la movilización del pueblo, por el ejercicio democrático que hace presencia en las calles y las carreteras para derrotar el enemigo político; pero estas movilizaciones también nos enseñaron que revolución que se detiene y no se radicaliza, siempre retrocede.

  1. MOVILIZACIÓN PERMANENTE DE LAS FUERZAS POPULARES EN DEFENSA DEL GOBIERNO Y EL PROCESO DE CAMBIO

Frente al riesgo de la implosión interna, frente a la rearticulación del aparato golpista, frente a la ofensiva imperialista es tarea urgente fortalecer la unidad del campo popular. En realidad, se trata de reconstruir la unidad desde la profundidad del pueblo para rescatar y profundizar el proceso de cambio para derrotar el imperialismo y a la oligarquía, entorno a tareas y objetivos concretos: Defensa del gobierno democrático, defensa del Estado Plurinacional Y Comunitario, defensa de los recursos naturales, principalmente del litio y las tierras raras.

Fortalecer y proteger la unidad de la COB, el Pacto de Unidad y sus organizaciones de Base frente a la amenaza de constituir organizaciones paralelas. Son tareas fundamentales la movilización y organización permanente de las fuerzas populares para evitar cualquier amenaza en contra el proceso de cambio.

La Paz, 12 de septiembre de 2022

Colectivo Revolucionario Plurinacional Marxista Comunitario

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