El enemigo no está aquí
Un adversario es alguien a quien queremos derrotar. A un enemigo debemos destruirlo. Los politólogos señalan que con el adversario es posible un convenio honorable y negociar con adversarios cercanos es viable.
Pero con el enemigo, hacer convenios y acuerdos son impensables. Es posible confiar y asociarse con un adversario que cumple las reglas, pero la confianza entre enemigos es imposible. La política de enemistad hace que la competencia sea disfuncional y muy personal.
¿Será que todo esto se retrata en la situación política del principal partido ahora en función del gobierno? Es que definitivamente el enemigo está dentro del propio partido?
Con mayor claridad política, muy diferente a otros mensajes presidenciales, la explicación pedagógica que hiciera Luis Arce hace un par de días, apuntó a defenestrar cualquier indicio de lo que algunos llaman “traición” en el partido de gobierno.
A tiempo de hacer un balance en profundidad a los 36 días de un paro “forzado” en Santa Cruz, afirmó que su propósito fue evitar que se consuma un nuevo golpe y que haya derramamiento de sangre del pueblo, de ahí que justificó que, con sus acciones, no fue “traición”.
El mensaje presidencial, que a diferencia de otras ocasiones, los medios corporativos trasmitieron in extenso y sin cortes, centró en sus aspectos centrales en reiterarle a las dirigencias del MAS que no tiene ambiciones políticas, ni económicas a futuro.
Luis Arce aseguró que dentro del propio partido hay quienes quieren verlo fracasar y que coinciden en objetivos para acortar su mandato, que también existen personas que se esfuerzan por hacer ver que es un traidor a su partido.
Incluso fue más allá asemejando esas prácticas políticas con las intencionalidades de la derecha boliviana que hace “lista de traidores de Santa Cruz” y es lamentable que algunas personas de su partido también hagan listas de supuestos traidores.
Aseguró que la ley que promulgó no le quitaba competencias, como señaló reiteradamente Evo Morales; contó que fue una iniciativa propia y no de la oposición; se quejó de que se acusara a los parlamentarios que la aprobaron de “traición”, cuando solo estaban precautelando la vida y la economía de los cruceños.
Otros, como el diputado Héctor Arce y el senador Loza, aseguraron, sin pruebas, que se había pactado con la derecha, que había corrido dinero y que incluso se demostró que ya había otra bancada dentro del MAS.
Arce, en su mensaje, afirmó que con algunos asambleístas del MAS, diputados y senadores, tuvo miradas distintas sobre el conflicto y la forma de resolverlo, pero aclaro que no significa que exista enemistades ni horizontes políticos distintos, como la justicia social.
Remarcó que la ley que se aprobó en diputados y senadores no es una ley de la derecha, fue propuesta por asambleístas del MAS, que no vulnera competencias del nivel central y no dice nada más de lo que ya está establecido en la constitución, no es una ley del censo sino una ley de aplicación.
Les ha pedido a los miembros de su partido aprender a respetar otros criterios, a escucharse entre todos y les recordó que él es un militante más y que no claudicará en su lucha por mejores días para el pueblo boliviano.
Y para quienes encuentran responsables de las pugnas y persiguen otras intenciones, les ha recalcado que el enemigo no está entre ellos y que la unidad es la mejor arma para derrotar intereses de grupo y de personas.
Finalmente, como en su mensaje anterior de dos años de gobierno señaló que la vida es el valor supremo a cuidar y mientras el siga como presidente y que hará todo lo que esté en sus manos, sin tranzar sus principios, para que no se derrame sangre.
Como otro visionario más y para ponerle sello a su mensaje, ha manifestado que sus principios ideológicos y valores nunca se negocian y que su conciencia no tiene precio.
Arce busca erigirse sobre acusaciones que no pesan y de intentos de fragmentación en el MAS que no son de responsabilidad de su gobierno, y se proyecta como el único capaz de dar certidumbre a todos. Algunos le piden que, por todo ello, tiene chances de continuar y será ese el gran desafío de Arce aunque, los otros, seguramente se rasgarán las vestiduras.
*Luis Camilo Romero, es comunicador bolivianos para América Latina y el Caribe