No seamos “tontos útiles” el Estado Plurinacional está en riesgo

Prospectiva geopolítica de la guerra hibrida multidimensional.

Bolivia escenario de una guerra civil para clausurar el Estado Plurinacional y frenar la presencia rusa y china en la región.

Geopolítica, territorio y recursos naturales

A lo largo de nuestra historia republicana, la geopolítica no ha sido una disciplina desarrollada con eficiencia, pues las oligarquías republicanas, no tenían interés alguno en la discusión de estos temas por una sencilla razón: no querían importunar con análisis soberanos a sus amos imperiales.

Si la geopolítica y la geoestrategia hubieran sido una práctica del Estado republicano boliviano, las Guerras del Pacífico, del Acre y del Chaco, no se hubieran producido con los resultados que conocemos.

El salitre y el guano eran bienes preciados para los intereses ingleses y eso devino en la ocupación e invasión a territorio boliviano entre los paralelos 23 y 26 habiendo perdido además territorios con ingentes recursos naturales como el cobre de las minas de Chuquicamata y los salares Grande y Diego de Almagro en beneficio de Chile.

La guerra del Chaco, producida por los intereses de la Royal Deutch Shell y la Estándar Oil en el Chaco Boreal y las consecuentes perdidas territoriales de las que hoy son las principales extensiones agroindustriales soyeras y ganaderas en el Paraguay y Sud América; la pérdida del territorio.

El control de las semillas de árboles productores de caucho, que fueron a parar a Java y Thailandia, donde se crearon plantaciones de más fácil explotación que en la selva amazónica boliviana, en beneficio de Estados Unidos e Inglaterra a través del Brasil.

En estos ejemplos históricos se evidencia el interés de las potencias extranjeras del Atlántico por controlar esos recursos estratégicos y que sirvieron para el desarrollo del capitalismo, en cada uno de los momentos históricos que se produjeron.

El “back yard” o patio trasero norteamericano versus la soberanía del Estado Plurinacional de Bolivia

Durante esta década, Estados Unidos especialmente después de la derrota de Afganistán, han retornado al continente americano con un claro posicionamiento geopolítico expresados en palabras de sus representantes del poder político (Jhon Kerry) o del poder militar (Gral. Laura Richardson Comando Sur): Sud América y el Caribe son su patio trasero y por supuesto también el depósito de los recursos naturales estratégicos además del territorio que contienen.

En esa línea, Bolivia empieza a cobrar un valor cada vez mayor en su preponderancia nacional a partir de tres elementos: las mayores reservas de litio del planeta, su potencial minero en tierras raras y fundamentalmente su posicionamiento geopolítico y geoestratégico por ser el eslabón de infraestructura conectiva transnacional multipolar para proyectos de integración en América del Sur (Tren Bioceánico) o la Nueva Ruta de la Seda, denominada “One Belt”, “One Road” componente principal de la estrategia comercial China en Sud América.

El Estado Plurinacional de Bolivia, viene ratificando en los hechos su vocación de soberanía y autodeterminación. La última expresión de esta voluntad política fue la firma de convenios de exploración para la explotación de litio con firmas estatales de la R. P. China y de Rusia, además con una sociedad anónima que tiene asiento en China y es la mas grande fabricante de baterías del mundo.

Por supuesto que esta decisión ha causado profundas molestias en Europa y EEUU en otras palabras, los miembros de la OTAN, quienes quieren impedir a toda costa la presencia e influencia económica y comercial de los BRICS en América Latina.

Paralelamente en el ámbito multilateral de las NNUU, Bolivia ha mostrado una posición consecuente frente al problema de la mal llamada guerra Rusia-Ucrania, que en realidad es una guerra OTAN-Rusia. Esta decisión soberana tiene también un costo político.

La guerra híbrida multidimensional en Bolivia

Por las razones expuestas Bolivia se ha constituido en el objetivo geopolítico, geoestratégico y geofísico de Sud América pues es un núcleo geoformacional indispensable para la integración territorial del continente. Jake Sullivan, el Secretariado de Estado y el Secretariado de Defensa en Washington, desde esa óptica han decidido que Bolivia sea un objetivo prioritario en la guerra híbrida multidimensional a través de una guerra civil prefabricada.

Tener control de la mayor reserva mundial del litio, incrementada a por lo menos 23 millones de toneladas con la certificación de Coipasa y Pastos Grandes, impedir la construcción del Tren Bioceánico que impactaría negativamente al proyecto de los BRICS en la región, (los gobiernos de Paraguay y Perú son objeto de injerencia y políticamente digitados por Estados Unidos de Norteamérica), además de controlar la explotación e industrialización de tierras raras, son sin la menor duda, objetivos de la Estrategia de Seguridad Norteamericana.

El golpe de Añez fue un intento fallido de la ejecución de esta estrategia fielmente apoyada por la Embajada Británica en Bolivia. El golpe blando, con metodologías copiadas de las revoluciones de colores especialmente en lo que hace al uso de redes sociales y participación de jóvenes, difícilmente podrá repetirse en condiciones iguales, pues esas clases medias se sintieron engañadas por los detentadores del poder golpista y sus partidos.

Por eso, desde los secretariados mencionados se han planteado usar una nueva metodología en la guerra híbrida multidimensional: el producir la implosión del MAS y entrando en un periodo pre electoral, generar agresiones verbales que pasaran a hechos de violencia y a partir de ello, autoatentados y retaliaciones que desembocarán en magnicidios, muertos e inseguridad ciudadana generalizada, a un grado tal, de paralización de la actividad estatal, provocando las condiciones de una guerra civil con el objetivo de instalar un proceso restaurador del estado republicano, producir una nueva constitución federalista y perseguir sañudamente a toda expresión popular y nacional, que busque la constitución de un estado soberano, con autodeterminación basado en un modelo económico de industrialización de sus recursos naturales soberana y antiimperialista.

Por estas razones, invocamos a todos los compañeros del proceso de cambio, líderes y bases, a reconsiderar sus posicionamientos políticos internos, tomando en cuenta este contexto internacional diseñado para Bolivia. No seamos “tontos útiles” Nuestro Estado Plurinacional y nuestra Constitución Política está en riesgo, así como nuestro modelo económico, que, pese a sus críticas, muestra cada vez con mayor potencia su eficiencia.

Fernando Rodríguez U.

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