El MAS y los planes imperiales
“La O.E.A., ha estado en crisis casi desde sus comienzos. No se hicieron reformas reales y serias, y su Carta carecerá de vigencia si no se transforman, en primer lugar, los prerrequisitos político-económico-sociales de las relaciones América Latina-Estados Unidos. Esto, desgraciadamente, no es previsible para un futuro muy próximo”. Este texto data de 1968 cuyo autor es Alberto Ciria y se encuentra en la revista Aportes No. 8. Vista en perspectiva la nota de referencia, hoy tiene plena vigencia, y es que la OEA, se ha convertido en la administradora de esa relación de poder entre América Latina y EEUU. Nos interesa, ahora, confirmar esta afirmación.
Para nadie es desconocido que EEUU se ha visto amenazada en su cualidad imperial, cuando el mundo reclama una multipolaridad en todas las relaciones; esta demanda, ligada al avance de China y la Federación Rusa en continentes como Africa y Asia y parte de Europa, es lo que finalmente obligó a EEUU a promover la guerra de Ucrania y volver los ojos a su “patio trasero”.
Ahora bien, la pérdida de territorios con hegemonía norteamericana, ha recuperado el viejo axioma de “américa para los americanos” y América Latina es el centro, nuevamente del interés de EEUU, pero en esta región ocurrieron muchas cosas, la primera es el creciente protagonismo de los pueblos originarios en el terreno político y un análisis desde otra perspectiva teórica de la relación centro periferia. Está relación recupera la historia como fuente principal de la formación económico social de lo que ahora conocemos como América Latina, un primer paso de ese reconocimiento es el nombre del continente: Abya Yala, que poco a poco se va imponiendo rompiendo el esquema simbólico de “América para los americanos”; esta verdadera batalla cultural se libra en todos los terrenos y en uno en especial el terreno político.
Inocentes quienes están seguros que la disputa al interior del MAS en Bolivia es una reyerta de liderazgos, posiblemente esa sea la forma en que se presenta, pero lo cierto es que responde a una estrategia de poder hegemónico trabajado en los escritorios del Departamento de Estado allá en el norte y aplicado por los mecanismos legales y serviciales (como la OEA y su rol en el golpe del 2019) y los agentes internos, que en el caso boliviano se encuentran ligados a la oligarquía regional agroindustrial del oriente del país.
Entonces, la pelea interna en Bolivia, que ya ha llegado hasta las mismas células organizativas que construyeron el poder constituyente desde el año 2000, es el logro más importante de las políticas imperiales de EEUU, no en vano se han acumulado inmensos estudios antropológicos, sociológicos, psicológicos y económicos acerca de los pueblos originarios y de la sociedad boliviana, para atacarlos en sus puntos débiles como es el caso del arribismo de la clase media boliviana, del faccionalismo andino, del imaginario patronal de los indígenas de tierras bajas, etc, etc, con ese conocimiento y sus mecanismos, EEUU ha implementado una estrategia para destruir no a Evo Morales, no al MAS-IPSP, sino a la fuerza y sujeto histórico (pueblos originarios), que no solamente reemplazó al proletariado minero, sino que trazó un horizonte claro y definitivo: un Estado Plurinacional y una sociedad intercultural, dando un giro a los contenidos revolucionarios del siglo pasado.
Hoy, las demandas de Estados Plurinacionales recorren todo el Abya Yala, esta propuesta es un punto de no retorno. Pero volviendo al caso boliviano, se cae en la tramposa ch’ampa guerra, intestina que nada tiene que ver con la defensa del Estado Plurinacional, sino todo lo contrario su total desmantelamiento.
Como señalamos antes no es que vienen por Evo Morales o por el MAS-IPSP, como dicen los hermanos argentinos “vienen por todo” y ese todo es la destrucción de las organizaciones comunitarias ancestrales de pueblos originarios, implementando la vieja política colonial de Pizarro y Almagro. El peligro real es ese, acabar con este bastión de resistencia de más de 500 años y estamos, cada día colaborando, unos desde su posición colonial racista, otros desde su lógica partidista liberal, pensando que la política es un campo interno delimitado, pues no, en esta pelea intestina se está jugando nada menos que el futuro de los pueblos originarios del continente como sujetos históricos de poder y el retorno del poder hegemónico imperial con todos sus males.