Me sigue llamando la atención una extraña convergencia y articulación de políticos que vuelven al escenario, cuando ya se habla de elecciones para el 2025, dizque algunos vienen de la izquierda, esos zurdos que en el pasado hasta hablaban de fierros y que hoy son cadáveres políticos, pero reaparecen por el solo hecho de reflotar en la esfera política.

A principios de año se anotó en la lista de los ‘reaparecidos’, aprovechando una cruzada en contra de los magistrados del órgano judicial en Sucre, el hasta antes “analista político”, ahora candidato de Alianza por Bolivia Unida y Solidaria (ALBUS), Carlos Börth, aquella figura política que en los años ‘90, transitó con el PS-1, de Marcelo Quiroga SC, fue diputado y senador por Podemos, de Jorge Tuto Quiroga, prefecto de Oruro durante el último gobierno de Hugo Banzer por ADN.

En ese cruce estuvieron también otros de la izquierda, otrora contra gobiernos neoliberales como German “Chunka” Gutiérrez ahora con el CONADE de Manuel Morales, ex trotskista y de filas del MIR.

Tanto Börth como el “Chunka” Gutiérrez y el mismo Manuel Morales, son pues cadáveres políticos y con su retorno buscan recuperar un rol de la oposición que yace tristemente sucumbida y que ha ido perdiendo en paralelo debido a su poca incidencia política y mediática a partir de la crisis y fracasos de la oposición en los últimos años.

En julio de éste año vimos al líder del Movimiento Sin Miedo, MSM, Juan del Granado, quien relanzó su organización política con miras a las elecciones presidenciales de 2025 y anunció que su partido será parte de una “coalición política mayor”.

Habrá que recordar que el 2014, debido a solo el 2,71% de los votos en las elecciones generales de ese año, el MSM perdió su personería jurídica. No está registrado en el Tribunal Supremo Electoral. Sin embargo, Del Granado, cree que ese relanzamiento es el desafío de las elecciones nacionales del próximo año.

Recientemente vemos que las fichas políticas se agitan en el Movimiento Tercer Sistema, de Félix Patzi, quien quiere ir más allá y apunta a conformar un “bloque histórico” con la dirigencia de Unidad Cívica Solidaridad (UCS), Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y otros partidos con miras a las elecciones generales del 2025.

Patzi ha remarcado que se ha reunido con esos partidos con el objetivo de conformar un tercer bloque, totalmente distinto del Movimiento Al Socialismo y también totalmente distinto a la oposición tradicional y totalmente conservador, denominado de “derecha recalcitrante”.

Añadió que, si las conversaciones prosperan, dentro del bloque se discutirá quién será el binomio presidencial de ese frente y que es hora de generar nuevos políticos, nuevos actores políticos, que hay que afianzar para el país, de cambiar y renovar la generación de los políticos, no solamente discutir en base a los políticos tradicionales que son archiconocidos en diferentes elecciones.

Hoy por hoy, esa camada de los pocos políticos neoliberales que existen, no ha podido regenerar a su propia imagen, porque al ser partícipes de los hechos de 2019, se convirtieron en los últimos de la fila de una generación que hace mucho tiempo buscó el retiro político, por ello frente a ese triste papelón del pasado quieren hoy redimirse prometiendo por cielo y tierra que también serán los “salvadores del país”.

Las lógicas de esas articulaciones se entienden cuando existen afanes de poder que están por encima. Las fuerzas opositoras orgánicas, aún existentes, están diezmadas como lo es CC con Carlos Mesa y Creemos de Luis Fernando Camacho, como toda la oposición que vive de sus extravíos y lo único que les alcanza a los disidentes, es ir detrás del “Bombón” Reyes Villa, para tratar de visibilizarse y hacer de éste el nuevo Milei que quiere el país del norte en Bolivia.

Mientras se dan esos escenarios de terror y ante el inevitable paso de la «guerra fría» a la «guerra caliente» que vive el MAS, en sus dos facciones, uno de ellos, el ala radical del MAS que en el pasado, tuvo pactos con empresarios de la oligarquía cruceña, muy ligados a la derecha que impulsó procesos de capitalización y privatización, con claro tinte neoliberal, probablemente sucumbirá tan igual o peor que los que se proponen ahora como “nuevos” candidatos, cuando el pueblo ya los conoce y sabe que no volverá a equivocarse.

Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe