El Nuevo 21060

“Bolivia se nos muere” fue la frase que utilizó Víctor Paz Estenssoro para anular a la vanguardia política de Bolivia, como fue el movimiento del sindicalismo minero, y al mismo tiempo impuso el neoliberalismo como política de Estado. Hoy estamos repitiendo la historia, pero como comedia, como señaló Marx, ya que es un gobierno supuestamente “socialista” el que implementa un nuevo 21060, primero dividiendo la fuerza motriz del proceso de cambio y luego entregando la economía a los empresarios y poniendo en vigencia una economía de libre mercado.

¿Qué pasó en Bolivia? Este desenlace, de un proceso lento de cambio de la orientación ideológica del modelo económico del MAS-IPSP hacia las posiciones neoliberales, tiene sus orígenes en los días mismos de la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, porque para “contentar” a los sectores de la agroindustria se flexibilizaron muchos aspectos como la cantidad mínima de hectáreas en manos de los antiguos terratenientes.

Durante el periodo de gobierno de Evo Morales, se privilegió el aspecto económico, sin consolidar la base social, es decir fortalecer las organizaciones de base con los elementos ideológicos que se fueron acumulando durante todo el proceso de formación del Instrumento Político. Este hecho tendrá resultados dramáticos en el año 2019; además de no fortalecer la economía comunitaria y favorecer a la economía del sector privado, incluso en detrimento de la Pachamama, centro de la ideología del Vivir Bien, no se permitió las opiniones críticas a los errores que ya se fueron cometiendo.

La actividad conspiradora de la derecha política-económica, no tuvo descanso y desde el año 2006 fue probando una serie de acciones para derrocar al gobierno de Morales, pero los movimientos sociales fueron las barreras infranqueables que defendieron el gobierno.

La sólida consistencia, de las organizaciones sociales, se fue desmoronando por la dinámica que asumieron, convirtiéndose en factores de acceso al empleo público, entonces el objetivo central de las organizaciones sociales fue el de consolidar este poder de influencia en los niveles de gobierno, descuidando la tarea de fortalecimiento de sus organizaciones tarea que fue fundamental hasta la realización de la Asamblea Constituyente. La nueva dinámica de los movimientos sociales ya no estaba motivada por los principios de transformación del Estado, sino que se integraron a la burocracia del Estado colonial; esto generó un proceso desmovilizador de los movimientos sociales, tuvo otro ingrediente que fue el intento de convertir al MAS en un partido leninista, perdiendo su cualidad de “Instrumento Político” que fue la propuesta de las organizaciones de pueblos originarios. En ese intento fueron capas de profesionales de la clase media que fueron copando las instancias de gobierno desplazando la representación de naciones originarias y sectores populares, este hecho quedó demostrado con la declaración de Eva Copa señalando que “no nos dejaban hablar” y asumiendo una posición contestaria a los lineamientos de la dirección del MAS en el exilio, definiendo en la práctica, una ruptura al interior del MAS, reflejada en las elecciones de gobiernos subnacionales, cuando la dirección del MAS prefirió imponer un candidato a la Alcaldía de la ciudad de El Alto sabiendo que la ganadora sería Eva Copa. Este tipo de errores se cometió en varios municipios y departamentos del país; es en ese momento que se conforma una masa crítica que se autodenominó “renovador” y que será el bloque que fractura la unidad monolítica que le permitió al MAS ganar elecciones consecutivas.

El golpe del año 2019 fue el periodo en el que se desmanteló el modelo económico social implementado por el MAS y logró articular, no solamente a la derecha política sino a sectores fascistas-racistas de la sociedad boliviana, esa masa es el núcleo duro de la llamada “batalla cultural” contra el pensamiento crítico reviviendo las acciones de lucha anticomunista, producto de la guerra fría. Esta batalla cultural se está librando en todo el continente y cuyo máximo representante es Milei en la Argentina.

El gobierno de Luis Arce, se convierte, con las medidas adoptadas, en el enterrador de un proyecto político-económico en pleno desarrollo, el desmantelamiento del proyecto del litio es uno de los actos más perversos contra el Estado Plurinacional, pues ha privado al Estado boliviano de estar insertos en la economía mundial con una industria de alta demanda comercial; y a las postrimerías de su mandato realiza un giro hacia la economía de mercado, anulando el proyecto de una economía de base socialista.

Ya no queda ninguna duda del extravío económico-ideológico de Arce, de su alejamiento de un proceso popular y de fortalecimiento de los valores comunitarios antes que los individuales ¿Qué argumentos tendrán aquellos dirigentes de sectores sociales que defienden a un gobierno que favorece a sus enemigos de clase y de nación, que favorece a los sectores coloniales y racistas? Estamos entrando a otro momento histórico que bien puede significar la transformación de una crisis en un salto cualitativo para consolidar el Estado Plurinacional.

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