Del lawfare al far west

Así, en inglés, para no olvidar de donde vienen las ideas y acciones que pretender arrasar con un continente al que consideran “su patio trasero” y hoy en el caso boliviano han convertido al Estado plurinacional en una tierra de pistoleros, donde no existe más ley que las armas.

El total desmantelamiento institucional que se ha implementado en Bolivia durante los últimos 6 años, han dado fin con la democracia, recuperada el año 2020 con el sacrificio militante de las Bartolinas y los ayllus y comunidades organizados en Federaciones, Centrales y Subcentrales; ya que no debemos olvidar que muchos dirigentes nacionales estuvieron ausentes y reaparecieron solamente para tener cargos en el gobierno.

Los gringos del norte viendo agotado el acostumbrado “golpe militar” idearon una estrategia que les ha dado resultado en varios Estados de América Latina; corromper al sistema judicial para obrar políticamente y ser brazo ejecutor del encarcelamiento de todo revolucionario que pretenda cuestionar la hegemonía del poder imperial. Hoy en Bolivia, se libra dura batalla contra este brazo judicial que ha encarcelado, primero la democracia y luego pretende terminar con los revoltosos empeñados en volver a reconducir el proceso de cambio, acosando a uno de máximos líderes, que se ha convertido en un símbolo, a pesar de todos los intentos realizados para destruirlo. Para este fin han utilizado, los más ruines métodos, que solamente son comparables a la famosa inquisición de esa época oscura de la historia, puesta en marcha en estos territorios con el nombre de “Extirpación de idolatrías” y no es casual este método pues un ex ministro de ¡justicia! era miembro del opus dei. Hoy con la misma idea se trata de extirpar a los indios revoltosos. No están teniendo suerte en esta su aventura, por el contrario, están logrando cerrar las grietas que crearon para dividir organizaciones, para corromper conciencias, están logrando concentrar energías, que están decididas a llevarse por delante todo el armazón corrupto, repitiendo la tempestad en los andes.

Los aprendices de brujo, tendrán que lidiar con fuerzas que ellos mismos están creando; ayudados por sus oficiosos voceros y consejeros, verdaderos heraldos de la muerte. Malas compañías, para un gobierno endeble y sin norte, malas compañías que solamente buscan obtener la mejor tajada de una torta que ya está podrida.

En Bolivia un líder indígena puso fin al Virreinato Norteamericano, una afrenta que el norte capitalista y racista no puede permitir y por ello, ordena a sus vasallos a repetir el magnicidio como escarmiento, con la experiencia adquirida en varios países del mundo. El capitalismo como sabemos se nutre de la sangre de los explotados, pero también de la sangre de los patriotas y revolucionarios que le hacen frente.

Triste final para un gobierno que llegó con mucha esperanza, con una confianza única de continuar consolidando el Estado Plurinacional, triste final de un gobierno que se ha convertido en un lacayo de las políticas imperiales, y de los odios coloniales contra lo indio. Ya no existe redención posible, las cartas están echadas y sólo queda recuperar la democracia para profundizarla, para volverla democracia del ayllu, de la comunidad, esa es la única garantía para terminar con esta saga de traiciones y tradiciones coloniales, para terminar con un sistema judicial cuyo simple olor espanta hasta la náusea.

Bolivia es un territorio de resistencia y los pueblos y naciones originarias, junto a los movimientos urbano-populares, tienen el gran desafío de ser tratados como extraños en su propia tierra o definitivamente poner fin a siglos de sometimiento.

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