¡Maduro manda otra vez! ¿Y ahora que?!
Contra toda la maquinaria de mentiras y el asedio pro imperial, finalmente Nicolás Maduro hizo su juramento en pura ley que le dio su pueblo, que lo siguió con convicción plena y bajo la sombra vigilante del comandante Hugo Chávez.
Todo el arsenal mediático coincide en usar términos como que las elecciones de Julio de 2024 fueron un fraude, Maduro calificado de dictador, elecciones contaminadas, con crisis política y económica del país, falta de transparencia y legitimidad, autoridades comiciales bajo control del régimen chavista, ultraje a la verdad, etc.
Desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños es la hora de gritar verdades para desasnar incautos con respecto a las elecciones 2024 en Venezuela que ya, por informe del CNE, tiene un ganador inobjetable en el país vecino, pero que el peor de los vecinos, EE.UU, ha manipulado hasta la saciedad en razón de su perversa manía: Divide y vencerás, con el fin de desvirtuar unos resultados que a estas alturas es de tontos discutirlos.
La derecha internacional no bajó de señalar que Maduro fue autoproclamado ganador, que es un régimen manipulador del proceso electoral, y demás barbaridades…! es el prurito que anima a la oposición para lanzar su miseria a los demás, el facilismo con que se adopta un lenguaje unánime que no resiste el menor análisis ni contiene verdad alguna, sino que va en función de engañar, de timar y no de desmontar el de mentira que se denuncia.
La muestra del escenario por donde circularon algunos titulares a días previos de la elección fueron: Elecciones en Venezuela: “Crónica de una falsificación anunciada”, y el colmo de colmos: “Confirmado: informe de la MOE da como ganador a Edmundo González con el 67.2% de los votos. Aquí están las pruebas…” Pero, las pruebas no aparecieron por ningún lado: sólo Fake News.
Resulta tan rara hasta sospechosa la unanimidad de la prensa occidental y, para no ir tan lejos, de la nacional para atreverse a decir que la elección de Maduro fue un ‘fraude’ cuando, como dijo Pablo Iglesias, hubo ‘más de un millar’ de observadores internacionales detrás del escrutinio.
Inician el coro de los lamentos y lanzan todo su veneno contra Maduro y endiosan a su rival Edmundo González, criminal de lesa humanidad: entonces, el Centro Carter, esta vez, dijo que la elección presidencial julio de 2024 no se adecuó a parámetros (ni) estándares internacionales de integridad electoral.
La hipocresía pro imperial que todavía reina en los países de América Latina que sigue el libreto de la embajada gringa, no puede eludir de la historia a quienes EE.UU puso cuando quiso a gobiernos “democráticos” en el siglo XX, desde Fulgencio Batista, en Cuba, tan igual a Anastasio Somoza en Nicaragua y su dinastía por más de 40 años, ni qué decir de los gobiernos en el Cono Sur desde Alfredo Strossner en Paraguay, Jorge R. Videla en la Argentina y Augusto Pinochet en Chile.
Pero para ser más cercanos en la historia contemporánea, de cómo llegaron gobiernos con respaldo de la embajada estadounidense no solo en países de Centro América, como en el Salvador con Nayib Bukele, sino en Colombia, con Álvaro Uribe e Iván Duque, en Ecuador con Noboa, en Brasil con Jair Bolsonaro y ahora con el respaldo abierto y descarado que le brinda a Javier Milei en la Argentina.
¿Alguien se pregunta, cómo llegaron todos ellos? No creo, pero de hacer seguimiento a la Venezuela de los últimos 10 años, después de la muerte del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, es constante el ataque que sufre como lo fue la Cuba de Fidel Castro.
El despliegue para lo que fue la posesión de Maduro el pasado viernes 10 de enero, obligó a un rearme de toda la derecha internacional como parte del apoyo que le brindan a Edmundo González. Para ello se reportó que los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, de México; Jorge Tuto Quiroga, de Bolivia; Mario Abdo Benítez, de Paraguay, y Mireya Moscoso, de Panamá, alistaron maletas para ir a Venezuela y dar su espaldarazo al opositor venezolano.
Estos exmandatarios fracasados durante sus gestiones de gobierno, dejaron a sus pueblos en altos niveles de pobreza y endeudaron a sus naciones bajo los dictámenes del Fondo Monetario Internacional y las políticas neoliberales. Estas acciones forman parte de la continuidad de la fracasada estrategia del Grupo de Lima. Hablan de democracia mientras sus gestiones dejaron pobreza y endeudamiento en sus países.
Quien a estas alturas no advierta la presencia del golpe en marcha contra Maduro, debería enterarse en qué mundo está, quién mueve sus hilos y a qué matadero lo llevan. El Sistema no se anda con dudas cuando de defender el statu quo se trata.
Detrás de la farsa, montada por EE.UU, Netanyahu y las cadenas mediáticas, sólo está el interés del Imperio gringo sionazista para quedarse con los recursos de Venezuela. Es ridícula la petición de la UE en el sentido de pedir una verificación independiente y ‘respetar la voluntad del pueblo venezolano’: ¿dónde queda, entonces la autodeterminación de los pueblos?
A los despistados que aún insisten en hablar de fraude electoral, sólo queda invitarlos a ver y escuchar a Juan C. Monedero, de la U. Complutense de Madrid, mientras desmonta la trampa de los medios y Netanyahu en torno a las tales actas que no son otra cosa que el caballo de batalla para instalar en el inconsciente colectivo el rumor, y apenas lo es del fraude que armaron los citados canallas para desestabilizar a Venezuela, hecho al que ahora su pueblo resiste sin duda y con decisión.
Los políticos siempre achacan los males de su Gobierno a la gente. En el caso de Venezuela, EE.UU, mediante una estrategia mediática y su mafia, hoy le achacan todos los males a Maduro y por eso no quieren reconocer su triunfo electoral.
Pero, ¿alguien al margen de esta nociva perniciosa influencia podría desconocer las más de 900 sanciones económicas gringas, peores que las de Cuba? Ahora nadie recuerda los 2.000 millones de dólares que Trump y Guaidó le robaron a Venezuela, por CITGO; las 32 Toneladas de oro que la perrita faldera UK le hurtó al país.
La unánime prensa occidental nada informó al respecto. Nadie pudo impedirlo porque el criminal huye sin que nadie lo persiga, como González a España y Argentina, y las cosas vuelven a una rara normalidad: el Golpe (nada) Suave contra Maduro.
Ese histórico 10 de enero queda en la memoria de América Latina como otra respuesta a esa estrategia imperial para que el mundo sepa que un pueblo en las calles, no se doblegó a las presiones de los afines al Imperio gringo sionazista que, por eso Maduro, llega con el desafío de emprender una nueva ruta en la revolución bolivariana.
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe