Hacia un Sistema Único de Salud con un enfoque integral, intercultural y humanista

La pandemia del Covid 19, ha puesto al descubierto las carencias que tiene el Sistema de Salud público en Bolivia debido a que subsiste tanto en los profesionales de la salud, como en la población en general, el paradigma biologisista que promueve una práctica médica individualista, curativa y hospitalaria, que limita la aplicación de la concepción médica preventiva.

A pesar de que en Bolivia se está trabajando por lograr una medicina preventiva, primaria, comunitaria e intercultural, a través del Programa SAFCI todavía hay aspectos que obstaculizan llegar a implementar un Sistema Único de Salud, con un enfoque integral y humanista.

Esta limitación tiene su fundamento en la condición filosófica positivista, que realza mucho el conocimiento, minimizando los valores de las ciencias sociales y de los nuevos paradigmas médicos; entre los cuales está la medicina alternativa y complementaria.

Hace falta una medicina social e integral que garantice la protección de las personas, con un enfoque profundamente solidario, preventivo y humano, respondiendo así, a uno de los derechos básicos de la población, que es la preservación de su salud.

Una de las políticas de salud para alcanzar esta meta, es la implementación y reglamentación de las medicinas alternativas, como ser, la homeopatía, la acupuntura y otras terapias complementarias al Sistema Único de Salud, debido a su enfoque integral y su filosofía humanista, además de los beneficios para los pacientes, por su bajo costo, ausencia de efectos indeseables, facilidad de aplicación y su virtud de poder ser utilizada en niños, mujeres y adultos.

En el campo de la salud, sigue predominando el biologisismo; así, en el diagnóstico, se encasilla al paciente en una determinada entidad nosológica, sin tener en cuenta el análisis de los factores sociales, que en el mejor de los casos se los considera como algo complementario, no integrado, predominando así, una práctica individualista.

No obstante, entre los profesionales de la salud hay un número cada vez más creciente, que invocan la orientación de las ciencias de la salud por un nuevo paradigma más expresivo, que comprenda al ser humano en lo social, lo psicológico, en lo antropológico, en lo humano, en lo político, en lo cultural, y no únicamente en lo biológico; que comprenda al ser humano en su integralidad, que abarque más lo colectivo que lo individual. Que se ocupe más de la salud del enfermo que de la enfermedad; que su labor fundamental sea la de prevenir, promover y rehabilitar, que curar; siendo más importante transformar la salud que explicarla.

La Homeopatía considera que los síntomas de las enfermedades son respuestas normales del cuerpo, a medida que intenta recuperar la salud, mediante fórmulas médicas creadas a partir de compuestos naturales. Su filosofía y práctica médica se basa en la idea de que el cuerpo tiene la capacidad de sanarse a sí mismo, mediante el estímulo de estas sustancias que promueven el equilibrio (homeostasis) de la energía vital del ser humano, la cual posee propiedades regenerativas de los diferentes órganos y tejidos del cuerpo y; a su vez, también estimula a su sistema de defensa inmune.

La Homeopatía es la única terapéutica capaz de optimizar la personalidad del ser humano, activando potencialidades y modulando las limitaciones propias del individuo. La acción de la homeopatía en su nivel más elevado y profundo estimula la conciencia y el desarrollo personal. Aborda los tres niveles diferentes y progresivos de acción sobre la condición humana: a) Físico: enfermedad. Capaz de curar todo tipo de afecciones orgánicas; b) Psicológico: enfermo. Capaz de optimizar los procesos de salud y adaptación psicológica, incluyendo circunstancias de mayor patología emocional, como enfermedades mentales y; c) De transformación personal: individuo/persona.

El ejercicio de la homeopatía debe ir de la mano de las diferentes políticas de cuidado y preservación de la madre tierra; junto a las recomendaciones integrales de una adecuada y sana alimentación, y ejercicio físico, para promover una vida saludable a la población. La implementación de la medicina tradicional ancestral, integrativa y alternativa, podrían efectuar una contribución importante y alcanzar una mejor y mayor cobertura sanitaria en nuestro país.

La salud es un derecho humano, y como tal, no debe por ninguna razón ser mercantilizada. Los servicios de salud, deben ser brindados bajo la premisa de una atención integral al individuo, a su familia y a la sociedad, y no sólo a la enfermedad.

En este entendido, el Estado Plurinacional de Bolivia debe ser responsable de garantizar los derechos sociales de nuestros pueblos, entre ellos, el libre acceso a los servicios de salud, bajo una política nacional de prácticas integrativas y complementarias en el SUS, a través del viceministerio de Medicina Tradicional, realizando una reestructuración del mismo, incorporando a la Medicina Integrativa/Alternativa.

Mediante el desarrollo de procesos de articulación y complementariedad entre las diferentes medicinas (Convencional, Tradicional y Alternativa), será posible brindar una atención integral a la población de manera oportuna, eficiente y eficaz, aspirando a tener un desarrollo humano armónico y equilibrado del individuo, la familia y la comunidad, en concordancia con la naturaleza, respetando su cultura, su individualidad y sus creencias.

Dr. Jaime Ortiz Moreno – Especialista en Homeopatía

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