«El Deber» vuelve a pelar capucha

En el lenguaje coloquial cruceño se ha instalado el término “pelar capucha” para indicar la verdadera faz de un individuo o de una institución. Su uso se remonta, precisamente, al momento que se fue develando la existencia de las logias que gobiernan en Santa Cruz –entre bambalinas y dueñas del poder económico– a las instituciones de la región. Para resguardar su identidad, los miembros de estos grupos (Caballeros del Oriente y Toborochi) realizaban reuniones secretas a las que se citaba clandestinamente a sus afiliados, y a las que se acudía con una capucha que cubría el rostro.

Por analogía, el pueblo aplica el término con propiedad. Así, el periódico El Deber, que aparenta objetividad e imparcialidad por la vía de la negación a publicar determinadas noticias y cerrar sus páginas a todo comentario que se salga de la horma, ha empezado a actuar de manera cada vez más desembozada, con la intención de torcer la voluntad ciudadana que, de acuerdo a estudios y encuestas, se inclina mayoritariamente por la elección del binomio Luis Arce – David Choquehuanca en estas próximas –y todavía nada seguras– elecciones del 18 de octubre.

A menos de diez días de su realización, éste y otros matutinos de circulación nacional como Página Siete y Opinión, se han alineado con otros medios televisivos de comunicación para dar el último golpe artero en contra del candidato masista y para favorecer al anti-masismo parapetado en las otras candidaturas. De estas cada vez más esmirriadas filas habrá que descontar, desde hace unos días, a la desairada candidata de Acción Democrática Nacionalista –el partido fundado por Hugo Banzer para lavar su cara de dictador– que ha sido la última en enterarse que ha sido “afuereada” por sus compinches y socios de esa sigla.

¿En qué consiste la estrategia? Como ocurrió con el famoso referendo del 21 de febrero, se repite la fabricación de una fake new, es decir, una noticia engañosa y falsa, a pocos días de la realización de los comicios. Su intención no es otra que desacreditar al candidato Luis Arce, mostrarlo como un corrupto que ha hecho fortuna dolosamente y manchar su reputación de profesional competente. No será de extrañar que, pasadas las elecciones, tal versión sea “aclarada” por los mismos medios que ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, hoy utilizan el pretexto con el evidente intento de revertir el estancamiento de Carlos Mesa y las escasas posibilidades de crecimiento de la candidatura de Luis Fernando Camacho. En el caso de aquel referendo, la noticia de un hipotético hijo de Evo Morales con una dama supuestamente asociada a empresas chinas bastó para inclinar levemente la balanza y condenar a la derrota en esas justas a la propuesta oficialista de introducir cambios en la Constitución para autorizar la reelección indefinida. Habrá que recordar que el mismo periodista que se prestó para la canallada, fue el encargado de desmentir la noticia, claro está, una vez obtenido el impacto deseado. Hoy, en esos medios de la derecha, actúa como “analista” político…

Como en aquella oportunidad, hoy, todos estos medios repiten el libreto para dar la sensación de una noticia generalizada, con la que todos están de acuerdo; de idéntica forma, ocultan obsecuentemente aquello que pueda entorpecer esos designios que vienen desde el norte. Todos ellos están asociados a encuestadoras que han hecho su trabajo, pero cuyos resultados ya no es conveniente publicar. Obvio. Los resultados de esas investigaciones, porcentajes más y porcentajes menos, confirman la holgada victoria electoral del MAS IPSP, salvo fraude u omisión, que también es posible. Baste señalar que, una revisión de la página oficial del Órgano Electoral Plurinacional da cuenta de la inscripción de más de una docena de firmas dedicadas al sondeo de opinión. ¿Qué será que apenas dos o tres han hecho públicos sus resultados?

Por ello, como en telenovela, día a día irán saliendo “nuevas e irrefutables pruebas” que muestren al candidato Luis Arce como un vulgar delincuente. Este golpe mediático ha sido planificado cuidadosamente, para ser aplicado días antes de la elección; de la misma manera como se actuó con el caso Zapata. De esa forma, ante las restricciones propias del proceso electoral que prohíbe la realización de todo tipo de proselitismo unos días antes de la elección, el campo estará abierto para atacar sin derecho a réplica al ex ministro de Finanzas. Son los gajes de la democracia y de la “libre expresión” que tanto defienden los dueños de esos medios de comunicación.

Tal accionar periodístico, que se parcializa descaradamente con una fórmula y un proyecto político antinacional, no es nada nuevo. Así, por ejemplo, una prolija investigación publicada en Le Monde Diplomatique ha explicado con lujo de detalles, basada en pruebas públicas, cómo fue el accionar de la gran prensa mundial, continental y nacional para corroborar la versión inventada por Luis Almagro, el tristemente célebre Secretario General de la OEA, del supuesto fraude electoral en Bolivia en octubre del año pasado. Ninguna prueba, salvo aquellas “irrefutables” pero nunca mostradas, pudo corroborar la acusación apresurada y desvergonzadamente lanzada, en un inicio, para forzar una segunda vuelta. De tanto repetir la mentira, hasta Carlos Mesa, que se creía segundo pero por menos del 10% de diferencia, se convenció de que hubo un fraude “gigantesco” ­–como sostiene todavía su vocero Ricardo Paz– y que, en realidad, le esquilmaron el primer puesto. Ni más ni menos.

A no extrañarse, en consecuencia, que mañana también se auto convenzan con la ayuda de doña Jeaninne Añez y su bocón ministro de gobierno, que hay razones sobradas para no reconocer el triunfo electoral del MAS y repetir el mamertazo. A no olvidar, tampoco, que el mamertazo tuvo su 9 de abril…

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