¿Fraude el 2019? dónde andas que no te veo!
Una de las tramas más perversas con lo que se asestó contra la democracia fue el inventar que en Bolivia hubo fraude y ello sirvió a los sectores radicales como justificativo para llevar adelante el golpe de estado, anulando así la posibilidad que el ex presidente Morales acceda de nuevo al poder.
El argumento del fraude es una maniobra discursiva fácil y discurso que fue amplificado por la derecha boliviana, que no logró probar esa argucia y que lanzara después de los resultados del 20 de octubre, con un autor confeso quien encendió la chispa de la violencia, Carlos Mesa, el candidato de CC, quien afirmaría que en el país se montó un fraude monumental, lo que permitió a las fuerzas golpistas llevar adelante su cometido con el respaldo de la OEA e imponer un gobierno de facto.
Y es que tampoco se podía esperar más ya que de una trama igual como fue aquella mentira en el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, la proyección histórica de su campaña utilizando todos los medios posibles, fuese a perdurar, por cuanto los resultados de aquel referéndum estuvieron contaminados por la conjura mediática.
Recientemente una jueza anticorrupción de La Paz, Claudia Castro, emitió la resolución en el que instruyó la anulación y archivo de la investigación en contra del expresidente Evo Morales, el exvicepresidente y los exministros involucrados en el caso fraude electoral, proceso abierto a denuncia de Carlos Mesa.
La resolución de la jueza Castro “declara fundado el incidente de actividad procesal defectuosa en parte, y así también de acuerdo al Auto Supremo, disponiendo en consecuencia la nulidad de actuados al vicio más antiguo”. Así como declaró fundada “la excepción de prejudicialidad y falta de acción y en mérito a ello dispuso la suspensión del proceso penal.
Como consecuencia de esa resolución, el TSE, mediante su presidente, Salvador Romero, se pronunció de forma general sobre el archivo del proceso judicial por la denuncia de fraude electoral, quien afirmó que es respetuoso de las decisiones de otros poderes de Estado en el marco de sus atribuciones y competencias.
Si Carlos Mesa, principal detractor más fuerte del MAS, fue quien recibió el apoyo del país del norte incluyendo en esta última etapa a los que antes lo habían dejado como fueron UN y Sol. Bo, ¿por qué no contó con el gran respaldo de sectores que se califican anti MAS y como nuevo líder, apenas accedió a 28 % de los votos?
No en vano es que como parte de esa estrategia de argumentar un supuesto fraude, pidieron la renuncia de todos los vocales de TSE, echando sombras sobre la idoneidad de esas autoridades, de ser sus empleados y toda la avalancha de adjetivos, todo con el fin de descalificar su labor.
Ese fantasma del fraude que agitó a la oposición en el imaginario social y que ahora el soberano encuentra en esa trama artera un infundado recurso que ni el propio Carlos Mesa puede justificar de forma clara y contundente, ya nos avizora que muy pronto saldrán las verdades a la luz de lo que significó asestar duramente contra la democracia.
Las proyecciones de su asalto al poder fracasaron porque se escamoteó el triunfo popular del octubre en una oscura componenda con los viejos núcleos de poder y donde Mesa hasta Tuto Quiroga, pasando por Camacho se adjudican en ser sus autores. Seguramente no es fácil vivir con una realidad que se oculta y se filtra con los sentimientos de una clase cuyas proyecciones fallaron y, por ello, nunca más volverán al gobierno.
El imperativo para este tiempo de recuperación del Estado que fue desmantelado, es impedir el retorno a un Estado deudor hipotecando el futuro de nuestros hijos, de las generaciones futuras, regalando nuestras materias primas como el litio a las empresas transnacionales que solamente nos dejan pobreza y abandono.
Hoy cuando se devela al mundo que aquella trama urdida en las sombras de los antipatrias para montar el fantasma del fraude no sirve de argumento legal, porque la justicia se pronuncia de forma contundente y anula ese proceso abierto a denuncia de Carlos Mesa, nos da una clara señal que estamos aclarando la niebla y miramos el horizonte con esperanza para una democracia lastimada por los mismos de ese pasado apocalíptico.
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe