Pacha Kuti, No Jacha Kuti

Este artículo no tiene como intención debatir con marxistas de sacristía, que han hecho del marxismo una religión y que por tanto no cuentan para un debate político ideológico. Leyéndonos seguramente dirán, que claudicamos y nos vendimos a la reacción. Que ahora somos pachamamistas. En respuesta reafirmamos ser, primero, anticapitalistas; segundo, anticoloniales; tercero, anti imperialistas y; ahora, somos también anti quintacolumnistas o sea anti espías encubiertos y traidores.

Dicho esto, queremos revisar episodios de nuestra memoria larga pero también de la historia reciente para demostrar que existen permanencias que no son casualidades.

Cuando se constituyeron los Estados nacionales en tierra americana, producto de los llamados procesos de independencia de los años 1800, en el seno de estos Estados “modernos” se producía una contradicción que se mantendría durante todo el periodo republicano y moderno.

La concepción eurocéntrica, había puesto en duda la humanidad de los indios, cuestionaba su posesión de alma y bajo el axioma: “no son iguales a nosotros ni física ni culturalmente”, siguiendo la tradición griega los consideraba hostis: es decir extraños, hostiles, ajenos y enemigos potenciales que debían ser derrotados y dominados.

Donde pudieron acabaron con los originarios: esa fue la realidad de Uruguay, Argentina y Chile a excepción de los Mapuches. La política de tierra arrasada, era un imperativo cuando en las pampas y llanuras para criar vacas y ovejas.

Pero en Bolivia, la explotación minera de la plata no podía hacerse sino con indios pues los esclavos traídos del África habían perecido por el frío y la altura de las cordilleras donde estaban situadas las minas de Potosí.

La mano de obra indígena era indispensable para esos laboreos, insustituible para la acumulación originaria del capital a escala mundial, que en ese momento impulsaba al mercantilismo para la acumulación de oro y plata, leit motiv del interés colonial proyectado en la nueva realidad republicana.

De ahí surgió la contradicción “de la clase política de entonces” que no habría de resolverse hasta el presente: Quisieron organizar república sin indios, pero al mismo tiempo los necesitaban, porque sin ellos era imposible generar la riqueza que debía ser expropiada “legalmente” por los ciudadanos republicanos, que otra vez tenían la ley y la sartén política por el mango.

A casi dos siglos, la realidad de nuestra Bolivia, hoy convertida en Estado Plurinacional, no ha cambiado en esa profunda esencia. El sujeto indígena originario campesino es importante al momento de mostrar potencia de movilización, bloqueo, marcha, huelga, pero es un ausente al momento de construir poder. Así como la primera independencia no hubiera sido posible sin la lucha en las Republiquetas donde los principales actores eran los indígenas, la actual democracia, arrancada a la dictadura de Añez, tampoco hubiera sido posible sin la resistencia y especialmente la movilización de agosto de 2020 del Pacto de Unidad y sus organizaciones, como también ocurrió de alguna manera en la resistencia frente al militarismo golpista en la Asamblea Plurinacional.

Sin embargo, cuando se trató de distribuir el poder entre los actores sociales de la resistencia antigolpista, se volvió a producir el hecho colonial: así como no fueron firmantes del Acta de la Independencia ninguno de los indios alzados contra la corona española, hoy son escasos los representantes indígena originario campesinos electos como candidatos para ser parte del poder legislativo y los gobiernos sub nacionales y municipales para construir el Estado Plurinacional.

Una vez más el pensar y el sentir de las bases es tomado sólo “simbólicamente en cuenta”, pues en los hechos, lo que impera es el “dedazo” que designa, quien sabe con qué argumentos, pues hay muchos casos en los que no existe el mínimo de racionalidad y respeto, para elegir a derechistas e incluso cómplices del golpe del 19 de noviembre, como autoridades políticas del proceso de cambio.

No faltará alguien en decir, “pero ese es argumento de la derecha para defenestrar a nuestros líderes”. Contestamos, si, de acuerdo, pero también es pensamiento de la derecha del MAS a la que es preciso denunciar e identificar pues nada tiene que ver con nuestro proceso de cambio.

La derecha del MAS hoy aparece como la victima del golpe cuando en muchos casos ellos fueron sus facilitadores. ¿Alguien puede negar eso? Hoy quieren aparecer como los quijotes de la resistencia y es más, pretenden que los reconozcamos como a quienes les debemos la democracia, cuando fueron los primeros en marchar sin importarles dejar sin dirección política la resistencia. Ciertamente Evo tenía razones reales para proteger su vida y salir del país, pero los derechistas del MAS, las tenían?

Hoy, ellos son los cultores del Jacha Kuti, EL GRAN RETORNO, por el que quieren volver como dirigentes apoyados en muchos casos por las bases prebendalizadas y compradas con un plato de lentejas para gritar el nombre del que pueda ser avalado como candidato por la dirección del proceso. ¿Cuál es la necesidad de estos dirigentes para volver a gobernar? ¿Son insustituibles? A estos se suman los marxistas cíclopes que ven la realidad con un solo ojo y se pierden entre el pragmatismo en unos casos, el fundamentalismo en otros, pero siempre con una alta dosis oportunismo.

El Pachacuti implica volver a los principios, a las raíces, a la historia. Recuperemos ese sendero para el proceso de cambio y su sujeto histórico. Salgamos de los marcos de la mentirosa democracia occidental que solo encubre diversas formas de autoritarismo y construyamos una democracia a nuestra medida, con nuestras formas de organización, con nuestros valores, con nuestros mecanismos de organización para que el sujeto histórico de este proceso, llegue al poder y lo ejerza en beneficio de la patria toda.

Recuperemos el Socialismo Comunitario como orientación y fin de la Revolución Democrática y Cultural y avancemos definitivamente por el camino del Vivir Bien.

Yuyaypurichij

Khata, Qamay, 5.526 (Khata, Enero de 2021)

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Un comentario a “Pacha Kuti, No Jacha Kuti

  1. America por Américo Vespucio, asi fue llamado el continente de la Cordillera de los Andes (antis), el nombre América le interesa al colonizador europeo «AMERICA PARA LOS AMERICANOS» (ESTADOS UNIDOS DE AMERICA).
    DEMOCRACIA muy bien aprovechada por los poderosos (unos cuantos deciden la suerte de todos), en nuestras comunidades concenso: todos decidimos y todos cumplimos.

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