Huelga médica en pandemia, un baldón para una dirigencia empresarial
Todo es posible en estos tiempos de resurgimiento de corrientes atrabiliarias de extrema derecha que, contradiciendo su pertenencia al cristianismo, promueven el odio, la discriminación, la injusticia y la postergación de los sectores más desposeídos de la sociedad.
Aunque parezca increíble, en Bolivia y por segunda vez, el Colegio Médico, una organización gremial organizada durante la dictadura de Hugo Bánzer, realiza una huelga de todo el sector de salud. La primera vez se ejecutó en el gobierno de Evo Morales y su objetivo fue oponerse al Sistema Único de Salud. Esta vez – la segunda – la huelga se realiza en plena pandemia del coronavirus, precisamente en momentos donde los contagios alcanzan picos preocupantes.
El Colegio Médico, dirigido por empresarios de la salud, dueños de grandes clínicas, farmacias y laboratorios, se opone ahora a la aprobada Ley de Emergencia Sanitaria. Sus objetivos son económicos y políticos. Económicos porque no acepta ningún control de precios en los servicios de salud y medicamentos. Aunque no lo digan, se oponen a la adquisición directa del estado de insumos médicos y medicinas, porque quiere mantener el monopolio de la impostación y venta de estos productos.
Es político, porque se ha transformado en un partido político, el Partido Blanco – nos recuerda al Partido que pretendió restaurar el zarismo, después de la revolución rusa – uno más en el abanico de la derecha boliviana. Fue un activo participante de las movilizaciones que precedieron al golpe de estado de noviembre de 2019. Su principal dirigente fue el primer ministro de salud del gobierno de facto, cuyo desempeño en la primera ola de la pandemia fue desastroso, y pese a ello, no realizaron ningún reclamo, mucho menos una huelga, ésta estaba y esta reservada como arma política contra el gobierno del proceso de cambio.
El jefe de este partido ya ha formado su agrupación política y es candidato para alcalde de la ciudad de La Paz, solo falta que le cambie en nombre, a Partido Blanco, el partido de los médicos empresarios. El objetivo estratégico es el de repetir la experiencia del golpe del anteaño pasado, calentar el animo de la población, empezar el proceso de desestabilización y consumar una nueva “transición constitucional” o apuntar a un referéndum revocatorio.
El pueblo debe estar informado sobre este movimiento subversivo que afecta directamente a la población que se ve privada de toda atención médica, mientras suben sin control los precios de servicios, medicamentos y pruebas.
El movimiento popular debe movilizarse contra este peligro y exigir una ley específica que prohíba terminantemente la huelga en el sector de salud, bajo las más drásticas sanciones a los dirigentes de este gremio, que se esta enriqueciendo a la par del empobrecimiento del pueblo.
El pueblo en las calles y a través de diversos pronunciamientos ya corea :“Yo apoyo a mi médico, que trabaja”, “Yo apoyo a mi médico que me atiende”, “Yo rechazo a los médicos empresarios huelguistas”.
No es posible, que este sector estratégico, sea dirigido y manipulado por intereses privados de algunos pocos centenares de empresarios y mantenga como rehén a toda población implorando por atención médica, un derecho inalienable del pueblo.
Esta huelga médica en pandemia, quedará para la historia como un baldón para una dirigencia empresarial, corrupta insensible y golpista.