Lo urgente y lo importante
Lo urgente no deja tiempo para lo importante”, recuerdo esta frase desde mucho tiempo atrás cuando alguna vez la vi en una tira cómica de ”Mafalda”, de Joaquín Salvador Lavado, “Quino”, cuánta verdad dicha por tremendo artista, lo que nos trae nuevamente a tener que hacer un análisis sobre qué es lo urgente y qué lo importante, sobre las cosas pendientes que son “importantes” y que hemos dejado de darle su relevancia por atender lo “urgente” y no hablo desde el retorno de la democracia con la victoria del compañero Lucho, sino desde hace 14 años y que todavía arrastramos hasta ahora y que tendrán efectos negativos a mediano plazo si no tomamos medidas.
Despolitización del servidor público: desde hace mucho tiempo venimos hablando sobre la necesidad de formar a los servidores públicos y quitar esa idea de “yo estoy acá porque soy buen técnico, no hago política”, esta consigna simplista trajo consigo un “pitismo estatal” que es un nombre puesto después del Golpe de Estado, pero que existió desde hace mucho mas de 14 años y es una herencia neoliberal y que como manzanas podridas fueron pudriendo a buenos compañeros militantes, desmoralizándolos, ya que 1) no permitían que estos compañeros dinámicos, militantes, creyentes de lo que se estaba construyendo, participen en actos que tienen una significancia en movimientos de masa e impulse a la participación de otros compañeros, ya que estos representan esa “mística”, 2) contaminaron, contagiando esas malas prácticas, corrupción, trabajar solo lo necesario y jamás hacer un poco más, sin dedicarle un espacio a la formación ideológica para impulsar el proyecto político, ya que desde siempre se sintieron imprescindibles, sin importar el gobierno de turno que se encuentre y esto se confirmó con el Golpe del 2019.
Transformación de la justicia: en el 2022 tuvo un fuerte impacto, ya que después de más de 14 años se develó la corrupción existente en la justicia con casos dramáticos asociados todos a violencia contra la mujer, para lo cual atinadamente la compañera Ministra de la Presidencia decidió crear el Gabinete de la Mujer, para tener un espacio de análisis y acción no únicamente de la situación de la justicia, sino también un espacio para trabajar en políticas estructurales asociadas a esta problemática que se va arrastrando desde muchos años atrás.
Desarticulación de organizaciones que impulsan sedición y violencia: problemática que tiene más de 14 años, los comités cívicos y sus brazos represores como son la Unión Juvenil Cruceñista o las diversas Resistencias han logrado consolidarse en algunos departamentos con un cierto poder, pero únicamente en esta gestión del compañero Lucho hemos logrado ver que se tomen presos a sus dirigentes por ir en contra de la ley, como es el caso de Yassir Molina y los Bascopé, pero aún queda ver los mecanismos para sancionar a los bloques del Oriente que tienen amedrentados y compradas a diversas autoridades judiciales en dicho departamento y que desde hace años no se los han tocado y gozaron de impunidad.
Transformar la educación: nadie es ajeno a que durante los 14 años del proceso de cambio se construyo infraestructura de alto nivel y en lugares alejados, pero lo que no se ha logrado transformar es los “contenidos y las mallas educacionales”, que son pilares para cambiar desde las bases esa educación que tiene componentes coloniales, patriarcales, la cual no logra consolidarse debido a la oposición de sectores “troskistas” que se dicen de izquierda, pero que llegado el momento actúan peor que la derecha más recalcitrante.
*Hegemonía cultural y medios de comunicación: *no hemos logrado conseguir artistas e intelectuales que respondan al momento histórico que se vive y defiendan los logros sociales alcanzados, para posicionar al Proceso de Cambio, es ahí que cuando el Golpe del 2019 se consolida, teníamos a muchos artistas quienes incluso fueron financiados por el Gobierno del Proceso de Cambio en sus 14 años (con pago por presentaciones, intervenciones urbanas etc.) apoyando el golpe y que son tan cínicos que todavía siguen pidiendo espacios para ganar económicamente. Así también los medios de comunicaciones deben ampliarse, ya no únicamente con un horizonte “informativo” sino también “formativo”, todo esto en esa competencia desleal que llevamos desde hace más de 14 años de tener pocos medios televisivos estatales vs. privados.
Hemos atendido lo urgente: economía, pandemia, desempleo, pero debemos trabajar ahora en lo político, en lo formativo, cultural y comunicacional, que son importantes para garantizar nuestro Proceso de Cambio.