El modelo cruceño en escena
“¡Gracias a Santa Cruz y su sangre derramada! El Alto recibirá mayores recursos”, así vociferó el presidente de la Asamblea Departamental de Santa Cruz. Este señor es el más notable exponente del “modelo cruceño”.
La soberbia, la mentira, el complejo de superioridad; son sus características principales. Piensa, este señor, que los bolivianos y bolivianas no tenemos memoria, que no tenemos discernimiento.
La declaración de este señor es una afrenta a todo el pueblo boliviano, que se opuso a la imposición de un censo para el año 2023, porque esa era la propuesta del “modelo cruceño”, una imposición sin base técnica y perdieron pues. Ahora quieren aparecer como victoriosos.
El “modelo cruceño” también mostró su rostro de soberbia, cuando quedaron descubiertos en su incapacidad de prevenir el dengue o una rápida reacción frente a contingencias como la picadura de un alacrán a un niño, que lamentablemente falleció; pedían recursos cuando lo tenían en abundancia, seguramente esperaban canalizar, esos fondos, a ítems fantasmas que es el mecanismo de financiamiento del llamado Comité Cívico; al quedar en evidencia no les quedó otra salida que la agresión verbal a una representante del gobierno.
Santa Cruz es un territorio, manejado por una especie de cofradía, cuyo credo es la “independencia” cuyo dogma de fe les lleva a negar que existe una Constitución Política del Estado y pretenden legislar solamente con el credo dogmático dejando en la incertidumbre a millones de ciudadanos y ciudadanas, que deben soportar el capricho del jefe de la cofradía, que se encuentra impedido de guiar a sus ovejas y dar sus arengas fundamentalistas, nada menos porque se encuentra rindiendo cuentas a la justicia por las muertes ocasionadas, por su prédica de odio.
El sentido común se ha perdido en estos enclaves coloniales que ejercen el poder en Santa Cruz, el miedo que han sembrado en la población les garantiza cierta impunidad a sus actos que desafían a cualquier razonamiento lógico, legal y humano.
Santa Cruz sigue recibiendo para su “modelo cruceño” las subvenciones no del gobierno, sino del resto del país, de los otros departamentos que durante años han financiado su desarrollo.
Que podemos esperar de estos enclaves coloniales que pretenden incluso negar la historia y construir su propia versión, a su medida, haciendo maromas para demostrar que por obra de magia los dueños originarios de los territorios orientales, vienen de Europa.
Uno de estos intelectuales coloniales empeñado en cambiar la historia señalaba que poco menos Bolivia no existiría sino existiera Santa Cruz “quién no entiende Santa Cruz no entiende Bolivia” decía desconociendo los orígenes de las culturas precoloniales y ese gran centro articulador del espacio económico de Charcas que fue Potosí.
Todos los esfuerzos por imponer su “modelo cruceño” “enamorando a Bolivia” no es más que el intento para destruir el Estado Plurinacional, que ya ha definido un decurso histórico para este territorio habitado por diversas culturas.
El complejo colonial de los que hoy detentan el poder en Santa Cruz, está volviendo inviable a una región que actualmente no tiene capacidad de gestión de gobierno, una región que se ha convertido en un territorio de disputa de las diferentes fracciones económicas, políticas, religiosas, etc., y donde el ciudadano común esta librado a su suerte y sólo es utilizado como una excusa para el lenguaje prepotente de un acomplejado migrante que hoy define el destino de Santa Cruz.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino