De pactos, acuerdos y otros contubernios
En la misma línea y como estrategia que en el pasado conocíamos del manejo de la política entre gallos de media noche, la vieja usanza del tiempo neoliberal, vuelve la política de los pactos y alianzas con fines concretos y específicos. Recordemos que esa estrategia era propia de los agentes neoliberales que incluso con maletines negros usaban a los partidos para consolidar acuerdos oscuros que, más tarde se lo vería como una traición a los intereses de la patria porque, más allá de los negociados, sostenían a las coaliciones partidarias que jugaban el pasanaku político.
El neoliberalismo reemplazó al nacionalismo revolucionario y los dirigentes políticos de antaño fueron reemplazados por empresarios y asesores extranjeros, Bolivia se convirtió en una materia prima vendida a quien lo demande y las ganancias abultaron las billeteras de empresarios nacionales y las transnacionales se apropiaron de los sectores estratégicos de nuestra economía.
Los sectores populares herederos de historias comunes saben que solamente unidos pueden seguir adelante, pero no así compartir el poder con aquellas élites señoriales y oligárquicas a las que se las combatió siempre porque creíamos que no iría con los principios éticos de compartir sus ambiciones.
Estas escaramuzas con nuevos actores con claro tinte restaurador, como son las alianzas con partidos tradicionales, líderes políticos con expresiones más radicales, Camacho y Mesa en esta ocasión, nos obligan a tener una mejor comprensión de los tiempos que se aproximan, de las tareas para defender las conquistas logradas, y para devolver al pueblo su carácter de vanguardia.
En esa misma dimensión y probablemente con mayor radicalidad, se ha denunciado un pacto del ala evista, representado por Andrónico Rodríguez, y para controlar el Senado se comprometió a cumplir la “línea y lógica de la oposición política”: la agenda nueva entre Evo Morales, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho.
Recordemos que el día en que se reeligió por cuarta vez al senador Rodríguez a la presidencia del senado, éste consiguió su reelección con el respaldo de sus colegas de la oposición de Comunidad Ciudadana y Creemos, y con la condición del cumplimiento de una agenda de 9 puntos donde se refiere a que ese directorio a la cabeza de Rodríguez, reconocería que existen en Bolivia, “presos políticos”, de ahí que el mismo Jefe de la opositora CC, Carlos Mesa, no aludió la reelección de Rodríguez, pero reivindicó la propuesta de 9 puntos de la “oposición democrática” y “reconocida incluso por el MAS”.
¿Es esa la nueva estructura y el retrato de una presidencia del senado cuya línea de su accionar es desestabilizar el país como lo afirmo el vocero presidencial? Estaremos confirmando que Andronico, como lo califican algunos es el nuevo “títere”, de la derecha boliviana por haber “cruzado ríos de sangre” y “vender su alma al diablo” y para materializar su nombramiento, hasta se bajaron el pantalón ante la derecha”?
También afirman que el ala radical de Morales “ha rifado sus principios, hoy le han regalado (a la oposición) la llave de oro del Senado. Ahora son cautivos de la derecha”. La historia nos enseña que no puedes tropezar dos veces con la misma piedra y cuando cruzas los ríos de sangre como lo hizo el MIR de Jaime Paz, estás destinado a la desaparición.
Hay otros que van más allá y ven que es una “tragedia”, “por qué un joven con futuro como líder, ahora tenga este antecedente. Dicen que “es una muerte política para Andrónico”. Ahora sí se mostró como es. “La población, en este momento debe estar decepcionada de este joven líder que ahora ha vendido su alma al diablo”.
Los pactos con sectores oligárquicos en este proceso de consolidación del estado plurinacional recuperación de lo político como la búsqueda de una armonía entre sociedad y Estado, está caminando, pero a contrapelo reaparecen las viejas prácticas, los viejos reciclajes que permiten a los pervertidores de lo político entrar en escena y sin un mínimo de pudor, dicen que quieren “salvar el país”.
Muchos de los políticos reciclados de este tiempo, no soportan el vendaval de octubre de 2020 que los dejó en medio de un desierto de arena, no pueden asimilar que objetiva y subjetivamente, Bolivia, está cambiando y que el pueblo nunca más aceptará repetir esas prácticas que igual que ayer, llegaron con apetitos de poder y sus olores coloniales.
En síntesis, por la angurria de tener más protagonismo político, la oposición boliviana en su clásico estilo del tiempo neoliberal, hace acuerdos con una facción del MAS, para construir una estrategia que le sirva desde el senado y tome el poder, tan similar como aquel pasanaku de los años noventa o principios del 2000.
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina el Caribe