Durante el balotaje de este domingo en Argentina, se juega que el nuevo presidente de este país sea: o un fascista recalcitrante y perturbado como Javier Milei o el ministro de economía Sergio Massa, quien representa a una de las peores crisis económicas en la Argentina.

Si nosotros, como organización, votáramos en la Argentina, los haríamos sin vacilar por Sergio Massa. Como dijo Pepe Mujica «que lo haría con las dos manos» no tanto por lo que Massa representa para el futuro de los argentinos, sino para parar la arremetida fascista en Latinoamérica. Milei no es solo un lunático que responde a sus propias alucinaciones, también responde a una estrategia del fascismo internacional y del imperialismo contamporáneo. Estrategia que tuvo éxito en Brasil con Bolsonaro, en USA con Trump, Zelenski en Ucrania, etc.

La peligrosidad que representa Milei no solo se centra en la Argentina, si no que también se constituyen como un problema de alerta internacional. Al concentrarnos solamente en sus declaraciones y en las medidas que plantea, ha propuesto políticas que aterran hasta a los mas conservadores, entre otras cosas su agenda es la siguiente:

• Reducción del gasto público y eliminación del Banco Central.
• Cierra del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, creado por Alberto Fernández.
• Anulación de la obligatoriedad en Educación Sexual Integral (ESI) para las escuelas.
• Privatización de la educación y migración a un sistema de vouchers.
• Implementación de medidas antiaborto.
• Liberación del acceso a armas de fuego en la población.
• Aplicación de una doctrina de Seguridad Nacional.
• Privatización del sistema de salud y otros servicios básicos.
• Eliminación de la asistencia social directa.
• Afirmó que la venta de órganos «es un mercado más”, explicando que apoyaría ese tipo de tráfico.
• En el 2020, calificó al papa Francisco de “imbécil” y lo señaló como “el representante del maligno en la Tierra”. Incluso, un referente suyo propuso en la campaña romper relaciones con el Vaticano.
• Ruptura de relaciones internacionales comerciales con países como China o Brasil.
• Dolarización de la economía.

La crisis de la economía Argentina no solamente es responsabilidad del gobierno de Alberto Fernández, sino que se viene arrastrando desde antes. Si bien el kirchnerismo permitió una importante mejora para las condiciones de vida de los sectores populares argentinos, la última gestión de Cristina ya daba señales de un deterioro económico inicial, problema que se catapultó dramáticamente en la administración de Macri, aliado electoral de Milei. Macri, siguiendo la agenda imperial, sometió la economía Argentina al FMI (con la complicidad de personas como Sergio Massa), adquiriendo préstamos ilegales que acabaron en manos de privados y que no representaron ningún beneficio para el grueso de la población. El último año en la gestión de Macri, el IPC se aceleró con fuerza al registrar el nivel más alto en 28 años. Superó al 47,6% de 2018, récord desde 1991 en ese momento. En los últimos doce meses, los precios que crecieron por encima del nivel general fueron salud, 72,1%; comunicaciones, 63,9%; equipamiento y mantenimiento del Hogar, 63,7%; y alimentos, 56,8%.

Estos datos nos muestran que, si bien la administración de Alberto Fernández fue incapaz de dar soluciones a la crisis Argentina, Sergio Massa asume el ministerio de economía hace solo 15 meses con medidas que, si bien son paliatorias, representan un alivio para los más vulnerables del país compensando las perdidas de sus ingresos por la devaluación del peso con un paquete de 60.000 pesos para empleados públicos y estatales, un refuerzo para jubilados que cobran la mínima, beneficiarios de la Tarjeta Alimentar y trabajadoras de casas particulares, suspensión del aumento de las prepagas por 90 días, exención impositiva temporal para monotributistas de las categorías A, B, C y D, créditos para trabajadores a tasa subsidiada, acuerdos de precios, eliminación de retenciones para economías regionales y un programa de prefinanciación de exportaciones.

También debemos denunciar que muchos compañeros progresistas en la Argentina están siendo amenazados por libertarios con que “los recogerá el Falcon Verde” término usado en la dictadura para amenazar a la militancia de izquierda con secuestrarlos, detenerlos o desaparecerlos. El equipo de la candidata a la vicepresidencia de Milei, Victoria Villaroel (abierta defensora de los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar), es parte de esta política del terror. Ella reúne en su discurso posicionamientos en contra de los derechos de las mujeres y las diversidades, expresiones contra las comunidades de pueblos originarios y, por lo general, contra todo aquello que signifique un reclamo de tinte popular.

Es importante señalar que el fascismo en el hermano país argentino (como en muchos otros lugares) ha surgido por la desilusión popular ante el futuro. Las diversas fuerzas políticas han sido incapaces de ofrecer soluciones estructurales al malestar generalizado y la gente se ha tentado por la destrucción total del sistema estatal liberal, paradojicamente, en Argentina, esta actitud es asumida apoyando a un sujeto que, en el fondo, sólo va a reforzar que dicho sistema continúe sirviendo para el beneficio de unos pocos. Como dijo Walter Benjamin «cada ascenso del fascismo es testigo de una revolución fracasada», frenar al fascismo no depende solamente de lo electoral, también debemos organizarnos continua y disciplinadamente, desde abajo, desde la izquierda.

Por otro lado, vemos con preocupación la infranqueable dificultad del progresismo latinoamericano para darle continuidad a una agenda revolucionaria que profundice los procesos de transformación estructurales. Argentina tenía una interminable lista de liderazgos más honestos, empezando por la misma Cristina, pero también Axel Kicillof, Wado de Pedro, Juan Grabois, etc. que han sido desplazados por la figura mas conservadora y liberal encarnada en Sergio Massa.

Finalmente, alertamos sobre el manejo mediático irresponsable de los resultados electorales del día domingo, si bien las encuestas señalan una disputa muy reñida con márgenes de victoria reducidos, se ha visto que la extrema derecha está posicionando la narrativa de un posible «fraude» durante el conteo de votos. Este mismo fenómeno, que siempre desencadena en peligrosa violencia, aconteció ante la derrota fascista de otros países como Brasil o USA, pero también durante el Golpe de Estado sufrido en Bolivia el año 2019. Por ello expresamos nuestra completa solidaridad con todo el pueblo argentino que, esperamos, atraviese victorioso esta etapa electoral.

Brigada Socialista

Cochabamba, 18 de noviembre de 2023