REFERÉNDUM COMO DEMOCRACIA RADICAL

“Referéndum si, pero no así”, fue la frase motivadora para reflexionar acerca de la coyuntura política. La propuesta realizada por el presidente el 6 de agosto tiene opositores “naturales” es decir nada de lo que diga el gobierno es bueno y debemos rechazarlo. Nuestra opinión es que el referéndum, entendida como democracia directa es y será buena, pero el tema será el tipo de preguntas su objetivo coyuntural y estructural, por ejemplo, en el tema de la subvención a los hidrocarburos debemos tener la suficiente información que nos permita discernir que tipo de respuesta debemos dar, combinando, el interés individual como colectivo. Para esto requerimos información de la cantidad de diésel que se consume en el país, y cuanto de ese consumo corresponde a las grandes empresas mineras, agropecuarias, cooperativas auríferas, es decir a la empresa privada en general (incluimos las cooperativas auríferas porque en realidad son empresas privadas disfrazadas) con esa información podemos hacer un balance de la inversión directa que hace el Estado con el dinero de todos y todas para fortalecer a la empresa privada; si de lo que se trata es de tener una justa distribución del dinero estatal estos no tienen que ir a las arcas de los ya ricos para acrecentar sus ganancias. En esa medida el Estado ahorrará dinero para la inversión pública. Debemos apuntar además que la política de subvención de los hidrocarburos se realizó durante la dictadura de Hugo Banzer para favorecer a la agroindustria, que también permitió el uso de mano de obra gratuita, obligando a la juventud de entonces a trabajar en la zafra del algodón.

Para aminorar el impacto en el bolsillo de la población deberá mantenerse la subvención a las empresas de transporte municipal como los que ya existen en la ciudad de La Paz y fomentar para que se implementen en el resto de los centros urbanos.

Estamos conscientes, del uso convenenciero del referéndum, en este entramado de intereses partidarios de cara a las elecciones del año próximo, pero eso no desmerece la figura del referéndum que, desde nuestro punto de vista deberá ser aplicado a los otros dos niveles de gobierno, es decir referéndum departamental y municipal, para que el ciudadano apruebe o no obras innecesarias como los “semáforos parlantes” en la ciudad de Cochabamba, que en muchos casos sólo son fuente de corrupción y ganancias ilícitas.

En cuanto a la segunda pregunta, la CPE ya define que la reelección consecutiva será por una sola vez, y acudiendo al precepto de “lo que la CPE no prohíbe, está permitido” debemos asumir que la reelección discontinua es un derecho, recordar además que la reelección indefinida se práctica en democracias consolidadas como en Alemania.

El tema de los transgénicos no debería ser consultada, pues ya se encuentra definida en la CPE y el la Ley de la Madre Tierra. Claramente es una concesión al poder agroindustrial del país.

Y si hablamos de las formas democráticas de vida, debemos apuntar que el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación han alterado las formas de convivencia democrática, por ejemplo, en la manipulación de los estados de ánimo, en la mentira que construye una realidad virtual, en la llamada guerra sucia y en lo que hoy se denomina “la batalla cultural”. Al no existir mecanismos de control el internet se ha convertido en el “gran parlamento popular” y donde los “trolls” guían, agendan y promocionan los temas que tienen una intencionalidad e intereses definidos. Esta batalla cultural, requiere inversiones y ya sabemos que solamente los grandes empresarios pueden financiar este tipo de actividades que acompañan a los tradicionales medios de comunicación que por su carácter empresarial defienden los intereses de una economía privada y de libre mercado. Hasta ahora no tenemos lo que se denomina un “comunicación alternativa” como en su tiempo fueron las radios mineras o el semanario Aquí, los pocos intentos de comunicación independiente no pueden batallar con los medios privados, que además reciben financiamiento del Estado, es decir con nuestro dinero se paga a mercenarios que defienden los intereses no del pueblo, sino del libre mercado y sus expresiones políticas.

Frente a este panorama, los movimientos populares han perdido su norte histórico comenzando por la COB y terminando en los sindicatos de base. Ese acumulado histórico ha sido malversado por los cómodos sillones de la burocracia sindical, retornando al sindicalismo dependiente, que es solamente un engranaje de la gran maquinaria del Estado colonial-republicano-capitalista, que mantenemos pese a los intentos de cambio expresados en la Asamblea Constituyente.

COLECTIVO MG-ELN COCHABAMBA

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