Microfísica del poder

La Constitución Política del Estado (CPE) señala: “Artículo 26. Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y control del poder político, directamente o por medio de sus representantes, y de manera individual o colectiva. La participación será equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. El derecho a la participación comprende: 1. La organización con fines de participación política, conforme a la Constitución y a la ley.” Hasta aquí una expresión clara del “espíritu democrático de la ley”, pero cuando se señala que será de “conformidad a la ley” entra en juego el rol de los que elaboran la “ley” por supuesto de acuerdo a sus intereses. Esa es la “trampa democrática”, de la democracia representativa.

En Bolivia se ha reformado la Constitución y por primera vez con la participación de los pueblos originarios. Cuando vemos en la perspectiva histórica el valor y utilidad de las reformas constitucionales, no podemos menos que estar decepcionados, porque en los hechos mantenemos todas las prácticas burocráticas del Estado colonial-republicano.

La burocracia se ha consolidado efectivamente como “el gobierno de los escritorios” ese poder diseminado en todas las instancias del Estado y que no ha sido alterado por las reformas constitucionales. En este campo, el de la burocracia, no ha existido reforma peor “revolución” tal vez ese ha sido uno de los puntos más débiles de la gestión de gobierno del MAS.

Esta diseminación del poder burocrático desemboca en la debilidad del gobierno y en la deslegitimación del propio Estado, promocionando el deseo de los proyectos de autogobierno como el de la nación camba o recientemente el autogobierno aymara. Mientras el Estado y gobierno burocrático siga vigente estas intenciones irán tomando cada vez mayor cuerpo, debido a que el Estado es visto como “enemigo” este aspecto lo podemos encontrar en los miles de panfletos del Comité Cívico Cruceñista, y de como ha tenido la capacidad de contagiar esta propuesta a otras ciudades como Potosí, Sucre, Tarija. Por otra parte, estas ideas tienen una base histórica que es la estructura de poder regional asentada por los mecanismos de ocupación territorial de la colonia.

Volvemos al tema burocrático porque nuestra vida está condicionada, en todos sus aspectos por este tipo de gobierno, que contradice absolutamente los grados de “libertad” que nos brinda la CPE, por ejemplo, no somos libres de presentarnos como candidatos, si no es por medio de un partido político o agrupación ciudadana, esto no siempre fue así, la maquinaria del poder fue afinando sus normas, justamente para impedir que “advenedizos” pretendan ser parte del poder político; por eso se fueron identificando los requisitos, que como ahora vemos atentan contra esa libertad proclamada por la CPE.

Se dice que la CPE está por encima de todo según la famosa “pirámide de Kelsen” pero en los hechos no es así, los vericuetos de las leyes, elaboradas como dijimos por intereses concretos son en realidad el instrumento que está por encima de la CPE. En esta trama de poder se estableció un Tribunal Supremo Constitucional que actúa, justamente rompiendo todo precepto constitucional, unos cuantos ciudadanos burocratizados están por encima del propio Estado, ni que decir del gobierno; a estas alturas del análisis estamos en condiciones de afirmar que la famosa división de poderes, las teorías de pesos y contrapesos son solamente retórica leguleyesca y en Bolivia no existen 4 órganos de poder, sino son miles de “organitos de poder” diseminados en todas las burocracias de todas las instituciones de los tres niveles de gobierno, y ningún representante de pueblo ha cuestionado esta situación, y nunca lo harán, porque forman parte del mismo.

Reflexionar acerca del poder y sus representaciones nos lleva a cuestionar la práctica política, que ya no busca el bienestar colectivo, sino exclusivamente el disponer de poder para beneficio personal y lamentablemente este aspecto ha sido naturalizado de tal manera que toda aspiración de enriquecimiento rápido pasa por la política. Esta devaluación de la política es el mejor pretexto para los discursos de ¡Viva la libertad carajo! que han llevado a la presidencia de la Argentina a un feroz representante del capitalismo salvaje, en lo económico y un fascista en lo político-ideológico.

Estamos recorriendo por esos caminos, la miopía de los actores políticos actuales están allanando, limpiando y preparando el piso para esos que se encuentran disfrutando de este momento de extravío de la política.

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