Rechazamos y condenamos la violencia estatal contra la vida orgánica de la organización social
Cada vuelta que dio la rueda de la historia en el progreso social, político y económico de nuestra nación, estuvo impulsada por la lucha, sacrificio y organización de nuestro pueblo, cada que el debate político social alcanzó un nuevo nivel se produjeron grandes saltos cualitativos en la economía y el estado, en la historia reciente fue nuestro pueblo organizado el que derrocó en los años 50 a la rosca minera e intento construir el estado de bienestar, fue nuestro pueblo el que con su lucha organización y sacrificio derroto a los 18 años de dictadura militar y conquistó la democracia, fue nuestro pueblo con su madurez política quien construyó el camino para derrotar al neoliberalismo y construir el estado plurinacional, nuestro pueblo y sus organizaciones fueron quienes derrotaron el último golpe de estado y recuperaron el camino democrático para autogobernarnos.
Estos avances han estado estructurados en la organización social que siempre fue ignorada por el estado y marginalizada, cuando no instrumentalizada para desvirtuar el sentido histórico de la lucha y desnaturalizarla, cuando esta organización social saltó los límites y decidió actuar directamente en política, esta simbiosis se tradujo en instrumento, programa y vocación de poder, y lo conquistó, no solo para gobernar sino para refundar la nación y corregir todas las fallas fundacionales de la república, dirigiendo desde las asambleas, las marchas, huelgas y vigilias la construcción del nuevo Estado Plurinacional, este fue parido por la organización social, su debate político y su lucha en posición de poder.
Poco a poco sin embargo se ha producido un divorcio entre esa construcción social movilizada y la conducción del estado, ya desde la octava marcha indígena de tierras bajas se hicieron evidentes que las agendas políticas estatales y las que se propugnaba desde el debate social estaban en contra ruta, la huella de Chaparina fue una marca que no se ha borrado, desde el estado y su conducción aburguesada se intenta instrumentalizar la vida orgánica de las organizaciones en función de la agenda estatal no consensuada en el debate político y convenientemente para ministros y demás funcionarios retornando a agendas sectorializadas que han fragmentado la corporación social hasta convertirlas en beneficiarios de la gestión pública y ya no en sujetos sociales y políticos del nuevo ciclo estatal.
Ahí está una de las razones que nos llevó al desastre en 2019, la emergencia del golpe de estado, la necesidad de reorganizarnos y la posterior euforia de la aplastante victoria no dieron lugar al debate autocritico y de forma lineal desde la nueva conducción gubernamental se retornó a las mismas prácticas instrumentales de la relación estatal con las organizaciones sociales, agravada desde el principio por la absurda disputa electoral vacía y sin sentido histórico, todo ello lejos de contribuir al fortalecimiento de las organizaciones sociales y la profundización del debate político, ha contaminado la vida orgánica al punto de dividirlas y arrastrarlas a confrontaciones internas que las debilita a diario en lo orgánico y en lo político, se pretende obligar a los liderazgos orgánicos a pensar en blanco y negro.
En ese contexto se viene consolidando una práctica que cuando las correlaciones internas de una organización no favorecen al gobierno se las interviene policialmente desatando cuadros de represión que no solo lesionan a compañeros de base sino, que lesionan la esencia de esos espacios sociales donde se ha construido este nuevo intento de emancipación social. Lo ocurrido el 2 de septiembre en la sede de la Federación de Campesinos Tupac Katary en La Paz ha superado cualquier nivel de indiferencia, en un conflicto interno que reclama el respeto a la legitimidad de sus dirigentes y el cese a la intervención gubernamental, el gobierno ha desplegado una operación brutal que refleja que estamos ante el peor escenario.
La Tupak Katary ha sido el constructor y vigilante firme del Estado Plurinacional mucho antes de que el MAS sea gobierno, desplegar semejante acto de brutalidad desconociendo el rol histórico, muestra el total divorcio de los funcionarios que ordenaron semejante agresión ante la historia de nuestras organizaciones y la revolución democrática y cultural, RECHAZAMOS Y CONDENAMOS LA REPRESIÓN CONTRA NUESTROS HERMANOS CAMPESINOS Y CONMINAMOS AL GOBIERNO A DEJAR DE INTERVENIR Y VIOLAR LA AUTODETERMINACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES.
Firmamos:
Pablo Martinez Galvez Karivet – Edwing Grimaldos Jordan AMEG ELAM – Pura Soliz Viana Organización de mujeres indígenas San Juan de Chiquitos (OMI SAN JUAN DE CHIQUITOS)-Silvia Méndez Movimiento Popular Cruceño – MPC- Guadalupe Perez Cabrera Movimiento Popular Cruceño – Alejandra Tarrazona Alianza Social Lgbth -Rosa Ayala Presidenta D-11-Alejandro Dausá Encuentro Social Alternativo – Herlan España ESA – Emilio Rodas Panique Movimiento Al Socialismo IPSP Militante de Base – Columna sur – Emilio Andrés Rodas Rivero MAS – IPSP – Adriana Salvatierra Arriaza MAS-IPSP – Denilson Montaño ESA- Wilma Alanoca El Alto – Jesús Aguilera – Ximena Viscarra Independiente – Gabriela Montaño ESA – Pura Candelaria Antelo Roca Juana Azurduy de Padilla – Warnes – Elena Herefia Mercado Prensa – Albertina Verenice Quicano Mendoza Campaña 28 – Miriam Suárez Vargas Casa de la Mujer – Ana Paola García Villagómez Casa de la Mujer – Carla Verónica Solis CASA DE LA MUJER – Hugo Alberto Campos Olivas Morena – Jorge menacho mercado Columna sur – Moira Rimassa MPC- Ricardo Salvatierra Araya Comunicación y redes SC – Magaly Iriarte MOP – Ximena Ana María Centellas Rojas MAS – Diego Moscoso Sanginés Yayeyorayé -Adriana Guzmán Arroyo Feminismo Comunitario Antipatriarcal Bolivia.