Bicentenario y balance (Recordando a Mariategui)

El texto de Mariátegui titulado “Aniversario y Balance” (en realidad es la editorial de la revista Amauta No. 17 de 1927) es el texto donde se encuentra la famosa frase «No queremos que el socialismo sea en América calco y copia debe ser creación heroica». En Bolivia estamos empeñados en la consolidación de un Estado Plurinacional, que ha sido una “creación heroica” obra inconclusa y en plena búsqueda de su definitiva consolidación; para esto, es innegable contar con un instrumento político y una ideología que supere el empeño electoral y se proyecte en ese objetivo estratégico.

En Bolivia el año 2025 es el año del bicentenario, que puede ser un formidable escudo político que anule el pensamiento crítico y todos y todas estemos prisioneros de un discurso patriotero. Estas notas no tienen como objetivo central analizar el tema “bicentenario” ya nos ocuparemos de ello, por el momento, nos interesa poner énfasis en el balance.

Fin de año y los balances de la gestión de gobierno y de la gestión política, en general son negativos. Desde nuestro punto de vista en el tema político ha sido un año muy positivo, si aplicamos la enseñanza de R. Zavaleta que nos planteaba “la crisis como método” para entender la compleja realidad boliviana.

Al interior del Instrumento Político, en ambas corrientes que podemos denominar “oficialista” por un lado y “opositora por otro” se desató una incertidumbre por el futuro político del “proceso de cambio”. Una pequeña posibilidad de unidad se convirtió en una niebla que opacó la claridad de los hechos que día a día se presentaban como la punta de un iceberg que nos obligaba a bucear en las profundidades de las ambiciones humanas, que con sus matices siempre giran en torno al poder; quienes planteamos como definitiva la ruptura del MAS, fuimos calificados de “antirevolucionarios” pero la realidad nos dio la razón.

Ahora bien, visibilizado el cuerpo mayor del iceberg, se constató que el “Instrumento” no pudo generar una sólida formación ideológica en sus mandos medios, la “centralidad del pensamiento político ideológico” estuvo encerrada en los viejos ambientes de la Vicepresidencia, los cuestionamientos a esta “única verdad” fue calificada de “librepensante” y sus enunciadores fueron rápidamente confinados a la sombra del “proceso”; esta conducta contraria al planteamiento de la dialéctica que plantea la riqueza de la contradicción como crecimiento y solidez, dio como resultado el crecimiento de personajes “invitados” que visto en perspectiva ni siquiera tenían el perfil “técnico” que fue el origen de su calidad de invitado, por lo tanto no pueden ser “traidores” aquellos que siempre pensaban diferente a los intereses de las naciones originarias y los sectores populares, ya que simplemente retornaron a su matriz colonial de comportamiento.

Una “revolución dentro de la revolución” debe comenzar con la autocrítica, individual y colectiva, soslayar este aspecto nos dará como resultado “más de lo mismo”, la transparencia y coherencia ideológica entre el hacer y el pensar, es el sustento de cualquier proceso revolucionario.

La crisis nos presenta la realidad tal cual es, nos decía Zavaleta, podemos ampliar este concepto y no solamente restringida a la realidad material, sino a las actitudes humanas y este es uno de los componentes importantes del balance, las miserias y grandezas humanas se presentan tal como son en estas situaciones de crisis, los límites son rebasados y la perversidad emerge desde esas oscuras zonas del inconsciente, los discursos de odio reemplazaron al pensamiento crítico y argumentado, confirmando una vez más que el poder envilece si no es utilizado como bien público. Esto ha quedado demostrado con el actuar de los llamados “magistrados autoprorrogados” y el avasallamiento de ese principio liberal sagrado denominado “independencia de poderes”. Las teorías políticas clásicas de “pesos y contrapesos y de los contratos sociales” han sido desmentidas y superadas con el abuso del poder delegado. ¿Estamos en una crisis del mismo sistema democrático? Tal parece que sí y es necesario repensar esas matrices heredadas del pensamiento occidental liberal. Entonces la crisis va más allá de los personajes circunstanciales de la coyuntura sino tienen que ver con las viejas estructuras que sostienen un Estado colonial vigente y los distintos ropajes y personajes que surgen para darnos las mismas recetas, esas “recetas” que si son “copias y calcos” de personajes creados por el poder mediático y sus discursos “libertarios”.

Finalmente, debemos afirmar que la esperanza no es nada más que la voluntad humana hecha acto concreto. Esto quiere decir que somos responsables de nuestro propio destino.

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