Las tunas de la ira
Un pequeño incidente, en la meseta de Achumani en la ciudad de La Paz, ha sido motivo para que el gobierno aplique la política pública contra el racismo y los medios de comunicación, como siempre no perdieron la oportunidad para desplegar su caridad pomposa.
Lo que pasó en la demanda de las tunas es una muestra del racismo que circula por todas las venas internas de nuestra sociedad, de norte a sur y de este a oeste. Se ha escrito mucho acerca de este tema; los racistas de ayer cuestionando su pasado y el peso de su conciencia racional les obliga a los actos de contrición como la del papa Francisco.
El racismo es uno de los “motores de la historia” no solamente existió la contradicción entre “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales” sino también entre: Egipcios y judíos, entre romanos y bárbaros, a su turno siempre ha existido un “pueblo elegido” sino veamos la desigual guerra entre Israel y Palestina. No debemos olvidar que el lebensraum de Hitler tenía como base a la “raza aria”.
Ha corrido mucha tinta para explicar y analizar el racismo, incluso se ha creado una disciplina teórica con ese fin; la antropología. No es intención de estas notas adentrarse en el tema, la intensión es muy modesta solamente constar la pervivencia del racismo colonial en la actual sociedad boliviana.
Aparte del incidente de las tunas, tenemos muchos ejemplos de estas pulsaciones racistas, una de las más expresivas del siglo XXI ocurrió en Sucre en el mes de mayo del 2008, como en tiempos coloniales los “aristócratas” de Charcas obligaron a los indios a besar la bandera real y de rodillas, obligados, aceptaron la vejación a la wiphala.
Las ideas racistas, instaladas en el subconsciente individual se verbalizan como la declaración de una ex autoridad del gobierno de Evo Morales, que señaló tener ojos azules y la claridad de su piel no podían corresponder con ser militante del MAS o sea no era “indio”.
En nuestra historia existe un largo catálogo de expresiones y lenguaje racista, por esto no podemos dejar de citar las siguientes expresiones: «El indio incaico es sombrío, asqueroso, huraño, prosternado y sórdido» Gabriel Rene Moreno, «Los indios son seres inferiores y su eliminación no es un delito sino una selección natural» José Manuel Pando, «El indio es apenas una bestia de carga, miserable y abyecta, a la que no hay que tener compasión y a la que hay que explotar hasta la inhumanidad y lo vergonzoso» Bautista Saavedra, «Es costumbre en la municipalidad servir a los canes bocaditos de pan con estricnina dentro, para que de este modo fácil, cómodo, barato, higiénico y eficiente librarse de la plaga. Propongo que en los indios se use igual procedimiento….estoy enfermo de asco» Alcides Arguedas, «Las razas inferiores tienen que fundirse con las superiores porque está comprobado por la historia y las ciencias antropológicas que la civilización es blanca y el dominio del mundo corresponde a esa raza» Felipe Segundo Guzmán.
Las tunas de la ira son la demostración del tipo de sociedad que nos habita y que habitamos, los discursos de odio circulan libremente en las redes sociales, la crudeza de las redes y sus mensajes son maquillados y reproducidos en los medios que son los reproductores del Estado colonial-racista; “el blanqueamiento subjetivo” ha deformado la conciencia de los profesionales que saliendo de los pueblos originarios fueron cooptados por la burocracia q’ara, esta es una de las razones que explica la actual división del MAS como movimiento político.
En este año electoral que tiene como marco el bicentenario de la independencia, ya se escuchan las arengas de la “unidad entre todos los bolivianos” pretendiendo superar las contradicciones de un Estado en formación; las elites coloniales siempre han convocado a ignorar las diferencias y proponer como pensamiento hegemónico la cultura moderno-occidental.
Podemos estar de acuerdo o no con Evo Morales y su gestión de gobierno, lo que no podemos aceptar es que los enclaves racistas han convertido, a Evo Morales en el chivo expiatorio de esta sociedad acomplejada, concentrando todo el viceral odio racista en una persona que logró quebrar el monopolio del poder político colonial, con la fuerza política de los marginados de la historia. El retorno de los WASP (blanco, anglosajón y protestante) a la Casa Blanca ha envalentonado a los WASP criollos que ya se sienten los nuevos gobernantes del país.
Sin lugar a dudas este es el mejor momento para repensar las referencias teóricas que trataron de encasillar la realidad boliviana en moldes preestablecidos, aceptando la normal pereza neuronal que impide procesos creativos. La regeneración de Bolivia como pensaba Zarate Willka, sólo será posible si comprendemos mejor las contradicciones fundamentales de nuestra formación económico social, para superar la ira de las tunas y los 200 años de un Estado aparente.
Antonio Abal O.
Kamay Raymi Killa 2025