Este 14 de febrero recordaremos la ocupación política y militar de Santa Cruz liderada por el coronel José Manuel Mercado “El Colorao” y la proclama del Acta de independencia de Santa Cruz en 1825.

La proclama de independencia no fue del agrado del españolista poder patronal cruceño. Conocedor de ello, la primera medida del “Coloraó” Mercado fue destituir al Gobernador Tomás de Aguilera y al día siguiente proclamar nuestra independencia desafiando al reino Español, al Virreinato del Río de la Plata y al Cabildo patronal que gobernaba Santa Cruz.

Un cabildo que con espanto recordaba los años 1813 a 1814 del gobierno de Ignacio Warnes que por primera vez habló de “Patria”, liberó a los esclavos negros y formó el Batallón de los Pardos libres, confiscó tierras ociosas y las distribuyó a los mozos sin tierra, alfabetizó a la población y obligó a los ricos a pagar impuestos.

Contra el odio patronal a cuestas, el Colorao Mercado rindió homenaje a su comandante recuperando sus restos mortales y recibiendo de Ana Barba la cabeza de Warnes decapitada en la batalla del Pari en 1816

Proclamada el Acta de Independencia de Santa Cruz, el cabildo inició una feroz conspiración contra el Colorao Mercado y su ejército patriota, que terminó con la destitución del “Colorao” Mercado y colocando en su reemplazo al españolista Juan Manuel Arias.

Concluida la guerra americana de 15 años, los eternos españolistas se adueñaron de la independencia de Santa Cruz persiguiendo a los patriotas, condenándolos a la extrema pobreza o sepultando su ejemplo en la obscuridad del olvido.

¿Dónde están hoy los restos del Coronel José Manuel Mercado “el Colorao, de José Manuel Baca “Cañoto”, de José María Ramos “Ramito”, de Ana Barba “La zarca”, de su esposo el capitán Francisco Rivero, y de tantos miles de patriotas que vivieron, lucharon y murieron por nuestra libertad en las batallas de la Florida, Chiquitos, y el Pari?

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